Después de tres temporadas, creo que puedo dar una opinión, más o menos acertada, de esta serie. No he tenido la oportunidad de leer los libros de Michael Conelly (alrededor de 20) dedicados a Harry Bosch; pero estando el propio autor de productor y guionista, imagino que será una adaptación bastante fiel al original.
Sea como fuere, he de reconocer que me costó engancharme a la primera temporada, encontré los primeros capítulos lentos, como que no avanzaba la trama. Pero me equivoqué. Y si la primera temporada es buena, la segunda y tercera son realmente buenas.
Advertir que no se trata de un caso por capitulo, sino que cada temporada (diez episodios) sirve como espacio temporal para un par de tramas. Que comienzan en el capitulo uno y se resuelven en el último.
Eso me gusta porque da tiempo a elaborar un trama inteligente y a una caracterización de personajes muy lograda y creíble.
Pero todo gira en base a una serie de pilares:
- Harry Bosch "va a su bola": Sigue las ordenes a regañadientes, y cuando tiene que actuar "sucio" lo hace pensando, no en su beneficio, sino en resolver el caso y coger al malo. Es un poli de homicidios de la vieja escuela en el sentido de que está de vuelta de todo, que todavía cree en lo que hace. Aparca el "buenismo" para obtener resultados. Ello le lleva estar cada dos por tres en juicios y/o asuntos internos.
- Los "piques" dentro del Departamento están a la orden del día: Envidias, peleas verbales, ...
- Uso de la policía para el beneficio político: Es paradigmatico el caso del Fiscal de la ciudad de Los Ángeles (donde se desarrolla la trama) y el del alcalde hispano.
- Volcán racial: Se palpa el racismo a lo largo de la trama. Tanto en las victimas como en los círculos de poder.
- Critica soterrada a la actuación militar en Irak y Afganistán: La guerra como negocio. (Bosch es un veterano de esos conflictos).
- No hay solo crímenes, hay también personas. Es importante el delincuente pero también lo es la vida familiar de los protagonistas. Es una serie coral porque conocemos la vida fuera del trabajo de muchos de ellos. Bosch no es un tipo duro, ni gracioso. Es un tipo normal que le gusta hacer bien su trabajo.

En definitiva, Bosch es una serie para degustar con calma, sin prisa. Hay que dejar que vayan fluyendo los múltiples flecos de la trama.

Serie muy recomendable.