Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sevilla
Voto de Talibán:
7
Documental ¿Qué tendrá la Cannon para inspirar no uno, sino dos documentales? La respuesta es fácil: cinefilia sin complejos, descaro y dos grandes cerebros, Menahem Golam y Yoram Globus. Si The Go-Go Boys se centra en la tormentosa relación entre los dos primos, Electric Boogaloo analiza las demenciales estrategias publicitarias con que la productora sacudió los cimientos de Hollywood. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2015
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, habría que aclarar que las productoras famosas hace bastante tiempo que no producen películas. Cuando usted ve Warner o Fox sobre una pantalla de cine debe saber que ni Warner ni Fox han hecho la película, sólo son propietarios de los derechos de distribución. ¿Sabía usted que las películas de la saga “Torrente” son distribuidas por – o sea, “son de”- Sony y Warner… en España?

Al empezar a ver una película, permanezca atento a la pantalla. Comenzará un desfile de nombres, anagramas y apellidos que reclaman para sí el trabajo de producción de lo que va a ver. El primero que sale es el dueño de los derechos de exhibición. Pero de los demás, uno de ellos ha sido quien de verdad la hizo, imposible adivinar cuál. Una de esas personas hipotecó la vivienda de su madre, vendió las joyas de la tía Raquel, sedujo a la mujer del consejero delegado, aguantó las amenazas judiciales del autor del guión, sufrió el amago de infarto, distrajo los fondos de la fundación.

Esta es la historia de una productora que sí hacía películas. La historia de una par de judíos que sacaban adelantos a los distribuidores extranjeros con películas de las que sólo tenían el cartel. En resumen: esta es la historia de una productora que producía películas.

Con el sello de estos dos primos israelitas, el anagrama que salía en la pantalla era el suyo y nada más que el suyo. Cuando tuvieron suficiente dinero como para entrar en la industria, no lo hicieron y siguieron invirtiendo el 99,99% de su presupuesto en producir sus propias películas, lo que conseguían mediante originales técnicas de Business Administration como robarle la comida china a la secretaria si la reunión de postín coincidía con la hora del almuerzo.

Su trayectoria es tan demencial que la única forma de narrarla es la que escoge este documental, que es una especie de largo tráiler de dos horas sobre una película inexistente y descabellada, es decir, sobre una película que sólo la Cannon hubiera producido. El resultado es tan poco serio como desternillante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Talibán
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow