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Voto de Chris Jiménez:
5
Ciencia ficción. Acción Basada en el manga homónimo creado en 2011 por la pareja creativa Yu Sasuga (guionista) y Kenichi Tachibana (dibujante). En pleno siglo XXI, la humanidad decidió empezar el proceso de terraformación de Marte, y para ello se envió una nave con musgo y cucarachas para que poblaran el planeta y generasen una atmósfera respirable por los seres humanos. Pasados 500 años, 15 personas seleccionadas entre lo peor de lo peor de la sociedad son ... [+]
3 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un planeta cuya población se desborda, un aumento notable de la criminalidad, nuevos galaxias que visitar y, como en todas las civilizaciones elegidas para la conquista, nuevas razas que hay que colonizar y exterminar.
Pero esta vez dicha conquista se reduce a una batalla entre dos especies: la humana y la alienígena.

Takashi Miike, el cineasta infatigable, un hombre que ya pasa de los 60 y que no se detiene un momento, si bien su ritmo de filmación empezó a descender desde hace un tiempo (y es que ya no es un chaval para seguir haciendo seis o siete películas al año); y también, de un tiempo a esta parte, está más inmerso que nunca en las adaptaciones de cómics y series de animación (la más reciente "First Love" significa un buen respiro a eso). "Terraformars" siguió a las visualmente espectaculares, entretenidas y carísimas "As the Gods' Will" y "Yakuza Apocalypse", y se basa en un encargo, como de costumbre para el nipón.
Ahora le ha tocado el turno al manga homónimo de Yu Sasuga, el cual empezó a serializarse en 2.011 y resultó tan exitoso que su creador no tuvo que trabajar en nada más, máxime cuando un videojuego y una versión animada llegasen poco después, ésta de la habilidosa mano de Hiroshi Hamasaki ("Tekunoraizu", "Blade & Soul"). El director se inmiscuye en otra fastuosa producción, seguramente la más cara de su carrera hasta ese momento, que tendría lugar en Islandia, nada menos, y al proyecto se suma el reputado guionista Kazuki Nakashima, especializado en animes y series.

El inicio es digno de elogio y sólo gracias a su increíble imaginería y estilo visual ya deja al espectador (o por lo menos al fan) enganchado; una sociedad futura de aceras sucias y atestadas de gente, lluvia incesante, mientras altos rascacielos iluminados de grandes pantallas se alzan imponentes. Este universo "cyberpunk" que claramente remite a "Blade Runner" es suficiente para darse cuenta de la gran cantidad de medios que está manejando el director, en especial unos efectos visuales/digitales y un diseño de producción que nada envidia a las producciones de Hollywood.
Shokichi y Nanao corren por sus vidas pero les capturan, y no sabemos por qué; un oscuro y fascinante comienzo tan prometedor que cambia rápidamente de escenario y nos mete de cabeza en lo que parece ser una misión espacial con destino a Marte donde se sigue la premisa de "Secreta Invasión" y "Doce del Patíbulo", clásica del bélico: reclutar a la fuerza desechos sociales y criminales condenados para una misión suicida por un bien concreto. Empezamos a conocer a la troupe, casi todos ellos detestables, pero cada uno con un pasado traumático que se nos irá desvelando a cuentagotas para añadir retazos de drama íntimo en la historia.

Señalar la crisis social como incentivo y hacer que los personajes provengan de un origen humilde y criminal encaja por entero en la idiosincrasia de Miike, cuyos anti-héroes siempre fueron asesinos, yakuzas, pobres o exiliados; sin embargo la película peca de lo que peca cualquier adaptación de un manga: el evidente esperpento al cual se sucumbe a la hora de llevarlo a cabo. Empezando por la transformación del originalmente carismático Ko Honda, derivando en uno de los más patéticos e irritantes villanos de la Historia (que ya es decir...), lo peor es que esta no es la única mala recreación de un personaje del manga.
La aventura espacial remitiendo a "Planeta Rojo", "Misión a Marte", "Alien" o el clásico anime "Hell Target" se une al homenaje de Miike a su película favorita ("Starship Troopers", claro) en lo que es un despliegue visual visceral y trepidante y unas altas concesiones a la violencia, y "Terraformars" nos sorprende cuando (como en el manga) se cargan a la protagonista nada más empezar a moverse la trama (¡!), cosa que jamás haría un director americano (ni esa ni otras cosas...). Pero este impasible trato se extiende y mientras algunos héroes son exterminados por los bichos marcianos ("cucarachas" evolucionadas cuales Abomination cavernícolas cuya exposición y diseño deja patidifuso), otros gozarán de su introspección.

Y esto, además de resultar tremendamente irregular (da la sensación de que los asesinados, incluso las "cucarachas", son más interesantes que los supervivientes), hace que el ritmo se ralentice hasta el tedio, alargando sin necesidad el metraje y atrapándonos en una maraña de diálogos mayor que el de una novela de Eugene O'Neill; la acción se detiene para (in)oportunos "flashbacks", parloteos con mucha palabrería y poca sustancia y explicaciones gratuitas del villano, dando pie a crear enrevesadas subtramas y conspiraciones que se suceden entre muerte y muerte, y por las que según parece no nos tenemos que preocupar lo más mínimo.
Llegando a este nivel la película se puede poner perfectamente en competencia con las miserias del cine de Zack Snyder o J.J. Abrahams, y eso es ya caer muy bajo. Pero el nipón tiene más estilo que esos tarambanas, pese a la manía de sacudirnos con pequeñas historias relativas a sus personajes o a cambios de argumento sin ningún sentido mientras las "cucarachas" siguen atacando a nuestros héroes; Hideaki Ito, que desempeñó un excelente papel en "Lesson of the Evil", demuestra lo limitado de su Shokichi, y le acompañan célebres rostros como los de Takayuki Yamada, Rinko Kikuchi, Masaya Kato, Rina Ohta o el (estrangulable) Shun Oguri.

Lo mejor que se puede decir es que sin duda sorprende ver a la mayoría de ellos cargados de maquillaje y prótesis cuando sus personajes se inyectan los sueros de genes de insecto, alcanzando todo instantes delirantes.
La película no fue ningún éxito, y pese a contar con el beneplácito de algunos descerebrados, cabreó a los seguidores del manga y desconcertó a los críticos. Lo peor es ese epílogo que, a modo de episodio televisivo deja todo en un "cliffhanger" inexplicable amenazándonos con la posibilidad de una segunda parte (al igual que "As the Gods' Will" y "Jojo"); y por Dios que no pase...
Chris Jiménez
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