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España España · Corruptown
Voto de Kwisatz:
9
Drama Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato capaz de hacer un triple axel en competición. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo la golpea la rodilla con una barra de ... [+]
4 de marzo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que los diamantes se forman en condiciones de presión y temperatura extremas. Tal podría ser el caso de Tonya Harding. Una mujer de orígenes humildes que nació con un “don” para el patinaje y cuya inhumana madre se encargó de someterla a todo tipo de presiones, físicas y psicológicas, para hacerla brillar. Pero los humanos no son diamantes, los humanos son frágiles, los humanos se quiebran. Esta es Tonya, esta es su historia. Si es o no la jodida verdad depende de ustedes. A ella le importa una p*** m****a.

No es muy habitual que una película pueda llegarme a emocionar y al mismo tiempo me arranque alguna carcajada. Pero esta tragicomedia negra, que bien podrían haber firmado los hermanos Coen, lo consigue.
Partiendo de un formato de falso documental se narra la vida de la infame patinadora desde su desgraciada infancia hasta “el incidente” con Nancy Kerrigan que la marcó para toda su vida.

La ambientación y el vestuario están perfectamente conseguidos. Cutre, hortera, vulgar. Como todo el mundo que rodea a Tonya. Y la selección musical para la banda sonora rotunda, como su personalidad.

El ritmo de la narración se mantiene sin altibajos y las escenas de patinaje están bastante bien implementadas, aunque por mi parte me hubiera gustado que se hubieran extendido un poco más. Hay momentos para reflexionar sobre el maltrato infantil, sobre el maltrato de pareja, sobre el maltrato de los jueces deportivos por prejuicios sociales y finalmente sobre el maltrato mediático. Una mujer maltratada a todos los niveles que rompe a llorar en un juicio porque se le prohíbe hacer lo único en lo que destaca, lo único que podía sacarla de su patético mundo, patinar.
Plantea la cruel paradoja de alguien que se sintió amado por destacar patinando, y al mismo tiempo necesitaba ser odiada para destacar.

De todos modos si hay algo verdaderamente sobresaliente en esta película son las interpretaciones femeninas. Merecedoras de todo reconocimiento y ojalá premiadas, porque han hecho sobrados méritos.

Allison Janney, como madre de Tonya, está inmensa. La dureza y frialdad que transmite su actuación, esa falta de empatía inabarcable, es devastadora. Es imposible comprender esta película sin ella.

Pero la que brilla por encima de todo, y por eso he reservado para el final, es Margot Robbie. Ella es la que lleva el peso interpretativo, ella es la que hace el triple axel que hace esta película algo especial. Un trabajo superlativo de los que catapultan una carrera. Una gran actriz ha llegado para quedarse. Espero grandes cosas de ella.

Para acabar esta crítica, comentar lo emotivo que me ha parecido incluir imágenes reales de Tonya patinando en su mejores momentos. Quizá esta película sea la justicia que merecía…o no. Quién sabe. Existe la verdad y…. LA VERDAD.
Kwisatz
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