165/20(21/07/12) La última y sombría obra del genial artista de marionetas, el combativo checo Jiri Trnka, es un gran cortometraje de animación, que como toda su obra hace los guiones, un tipo que con sus alegorías animadas protestaba de la dictadura comunista en su país. Una espléndida fábula sin palabras donde un alfarero que vive feliz (esto se transmite con gran nitidez cuando trabaja) en su casa intenta crear con arcilla una maceta para su flor, pero su trabajo se ve alterado una y otra vez por una gran mano que destruye su labor y le ordena que haga en su lugar una estatua con forma de gran mano, el alfarero se niega, echa a la Mano de su vivienda pero una y otra vez esta logra entrar y sabotear su obra. La cinta es una belleza fascinante, son 18 minutos de un ingenio y genialidad arrolladores, se convierte en lo que debe ser la obra de un artista, Trnka, protesta a través de su alter ego Alfarero sobre las condiciones impuestas por el régimen comunista a sus artistas, curiosamente la censura imperante en Checoslovaquia no vio su explosivo mensaje, solo después de la muerte de Trnka en 1969 se confiscaron las copias y se prohibió su exhibición en la nación durante dos décadas. Es un irreverente denuncia contra los totalitarismos que intentan lavarte el cerebro para que sobre todo seas adoctrinado para servir al líder, para glorificarlo, Trnka que vivió durante la ocupación nazi se encontró con terminar esta la ocupación soviética, se sentía como su Alfarero, un tipo que su genio había sido desviado a la causa en que ya no creía, paradójicamente como al Alfarero, una vez muerto fue enterrado en loor de multitudes, un funeral de Estado en el que fue condecorado con medallas menuda hipocresía. Trnka arremete contra la mano impersonal que invade la intimidad del hogar de todos y les coarta la libertad personal en pos del enaltecimiento del “bien común”, el Alfarero sueño con el crecimiento de su flor, claro alegoría de la Libertad, pero La Mano, clara referencia a la Tiranía que lo maneja todo consigue encarcelarlo y manejarlo como a un títere para que haga la megalómana escultura, le cuenta en metafóricas imágenes lo importante que es, es la que sostiene la antorcha de la Libertad (imagen de la de la Estatua de La Libertad), o sea que la retuerce a su antojo, es la Justicia, es el dedo Acusador, es La Mano que Napoleón metía en su casaca, es un puño de hierro, es el puño de un boxeador, excelente manejo figurado. Nos queda un inquietante relato que en unos pocos hermosos minutos describe imaginativamente la opresión política de un país, lo malo es su triste moraleja de que no puedes escapar al poder de La Mano. Fuerza y honor!!!