Cuando se indaga en nosotros mismos, en nuestro cultura, el cine suele salir beneficiado. Aquí nos encontramos ante una historia de pícaros. Buscavidas de barrio que hacen todo seguir adelante en sus vidas. Estafadores o, más bien, unos cuantos que intentan sobrevivir en el camino. Parecen herederos de ese género llamado picaresca. Es la realidad. Antes de la crisis ya había gente así, que se buscaba la vida como podía. Parece que los buscavidas han aparecido ahora con la famosa crisis; pero siempre ha habido gentes humildes que intentan salir adelante.

Una oportunidad de oro: un hombre acierta las quinielas; pero no apuesto. ¿Y si apuesta esta vez?. Hace falta más de 1.500.000 de pesetas que reúnen entre la dueña de un bar, un anciano enamorado de una antigua actriz, un pícaro padre de familia y un cuatro con problemas con el alcohol. Ponen todas sus fuerzas para conseguir un sueño común: salir del pozo y conseguir una nueva vida gracias a esa gran apuesta.

Un reparto liderado por Santiago Ramos y Manuel Alexandre encarnan a estos personajes. Ramos y Alexandre son el principal bastión de la cinta; pero destacado también es el trabajo de Jorge Bosch encarnando a un hombre `sin rumbo´ y la (casi) siempre eficaz Luisa Martín.

La película resulta entretenida, divertida y muy cercana ( lo que le confiere que se cree una cierta empatía con los personajes).