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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Drama. Romance Lulú (Louise Brooks) es mujer ambiciosa y sin moral que usa a los hombres a su voluntad. Desinhibida y atractiva, el aprovechamiento de sus encantos conllevará también sus peligros. Obra mayor del expresionismo que encumbró a Louise Brooks, una joya del cine mudo que adaptó magistralmente la obra teatral "Lulu" de Wedeking. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2008
35 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de leer lo que otro “compañero de aficiones” escribió sobre esta película, se me ocurre aquello poco ocurrente de: ¿qué hace un tipo como tú viendo películas como esta?. Con todos mis respetos, evidentemente, que lo cortés no quita lo valiente. En verdad no lo entiendo. Nada menos que una película de 133 minutos que se reduce a “un mundo de putas y puteros” y “que no dice absolutamente nada”. Propongo para él, el Oscar al espectador resistente. Y me da absolutamente igual que me mortifique a base de puntuaciones negativas. Por mucho que lo haga, seguiré manteniendo que, sin ser una obra magistral, es una película interesante, diferente y atrevida. Ah, y no lo digo para evitar que me reconozcan culpable del delito de herejía y me asen en la hoguera de los cinéfilos apostatas ó me excomulguen, ó las fuerzas de mudas cristiandades en blanco y negro me amenacen con nuevas cruzadas contra cataros disidentes del arte de Lumière. Lo digo porque tengo mis principios y a ellos me atengo.

Pabst no es ni Lang ni Murnau. Pero es un director interesante que maneja con destreza los hilos del expresionismo. Los gestos, las miradas, la fuerza de la mano que oprime el brazo, la caricia femenina, los dedos que se abren y la navaja que se desprende...

Como buena película muda, hacen falta muy pocos rótulos literarios. Los justos y precisos para seguir una acción cuyo eje central se sitúa en la figura de Lulú y sus costumbres ligeras, su altamente perniciosa seducción y sus ojos sumisos capaz de llevar a los hombres (y las mujeres) al suicidio. Esos son sus poderes. Esa es la fuerza capaz de destapar la caja de Pandora y derramar a su alrededor un destino amargamente fatal. Porque esta es la lectura íntima del film, el mal y la fatalidad como compañeros de viaje. Esta es la historia que hay detrás aunque haya quien no acabe de enterarse.

Por cierto, el acto tercero con su ajetreo entre las bambalinas del espectáculo de varietés, es un portento de filmación cinematográfica. Es uno de los puntos culminantes en una película rompedora y atrevida (evidentemente para la época) que supuso el encumbramiento de Louise Brooks como actriz reconocida y que dejó en cierto modo en la recamara a una Marlene Dietrich en quien se pensó para el papel y que en mi opinión, hubiese dado perfectamente la talla. Pero la Brooks lo hace bien y se lo reconozco. Los 133 minutos, algo excesivos, pero si te gusta el cine como expresión artística se aguantan bien, muy bien.
FATHER CAPRIO
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