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Voto de FATHER CAPRIO:
7
Romance. Comedia Jane Osgood (Doris Day) tiene dos hijos e intenta salir adelante gracias a un pequeño negocio de venta de langostas. Pero cuando uno de sus pedidos queda olvidado en la estación del tren, el negocio se va a pique. Jane responsabiliza entonces al dueño de la compañía de ferrocarriles (Ernie Kovacs) y, con la ayuda de su amigo y abogado George Denham (Jack Lemmon), le pone una demanda. (FILMAFFINITY)
12 de abril de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con Doris Day y Jack Lemmon. Transparente y en botella: Comedia. Rica, rica y sin demasiados fundamentos. De nuevo la línea Capra al poder, pero sin Capra, que es lo peor. Las virtudes de Richard Quine siendo buenas no son las de Frank y Caballero sin espada (Mr. Smith goes to Washington) solo hay uno.

Porque no hay que ser un especialista en mensajes cinematográficos subliminales y profundos para darse cuenta de que La Indómita y el millonario es un alegato en contra del pisoteo descarado y con recochineo de los derechos individuales por parte de los grandes monstruos empresariales. Porque miren ustedes, aunque el pez grande se coma la langosta chica, lo menos que puede exigírsele es que se lo coma con educación, o sea con absoluto respeto a la legalidad vigente y a los pocos derechos que asisten a los crustáceos. Este es el quid de un film donde el empresario de ferrocarriles Malone, “el hombre más malo del mundo”, pisotea e intenta aplastar con el peso de su brutalidad, a Jane “la mujer langosta”, empresaria suministradora de estos apreciados animalitos a las mesas de hoteles, restaurantes y otros centros de la “jet”.

La lucha de David contra Goliath siempre ha suscitado expectación. La gente de la calle y el cuarto poder toman rápidamente partido a favor del débil cuando el gigante de turno además de gigantesco es un impresentable de tomo y lomo. Y claro, en los años 50 lo mismo que ahora, los periódicos, la radio y la TV buscan carnaza y se manejan al filo de la noticia lo cual es inconveniente para quienes hacen de la ilegalidad y el trapicheo su residencia permanente. Por consiguiente, como no podía ser de otro modo, las presiones populares y mediáticas, obran el milagrito capriano y el tal Malone acaba presentando instancia para bendiciones divinas.

Con la consiguiente historia de amor, blanca de día y requeteblanca de noche, apropiadísima para toda la familia unida frente al televisor, la película cumple, que no convence. Jack Lemmon y Doris Day son dos excepcionales actores. Es difícil que una película donde ellos intervengan sea solemnemente mala, pero algunas se quedan en entretenidas moralinas sin apenas chicha ni limoná. La línea Capra, “far, far away”
FATHER CAPRIO
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