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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Drama Relato en tono semidocumental sobre la vida durante el cambio de siglo (XIX-XX) de los campesinos bergamascos (Lombardía), que llevan una vida dura y sacrificada, pero llena de gran dignidad. La ambientación es solemne y serena como la música de Bach que le sirve de fondo. Obtuvo excelentes críticas. (FILMAFFINITY)
10 de agosto de 2009
42 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante gran parte de la película me estuve preguntando ¿ Dónde está el árbol de los zuecos?. Una vez localizado, cambié la pregunta ¿ Qué importancia tiene ese árbol? y después de casi 3 horas de cine, se hizo la luz. El árbol de los zuecos es el símbolo de una época, donde los señores mantenían su "status" a costa del sudor de "sus" campesinos disponiendo de ellos a su antojo y arbitrio.

Esto no deja de ser una ligerísima aproximación a un film de mérito, realizado en unos años donde este tipo de cine parecía tener su momento. Recordemos sin ir más lejos Padre Padrone de los Taviani, premio Cannes 1977 o la propia Novecento de Bertolucci (1976), películas donde las tradiciones, los gozos, las sombras, y sobre todo, las penurias del campesinado, amen de su fuerza revolucionaria, trataban de hacerse un hueco en las conciencias alegres y confiadas.

Sin embargo, hay diferencias entre las películas citadas. Por un lado, Novecento recoge la ira justa de unos campesinos oprimidos política y socialmente, Padre Padrone refiere la fuerza inmovilista de unas tradiciones seculares que frenan cualquier avance y El árbol de los zuecos es un auténtico álbum de fotografías donde se conserva la instantánea de las rutinas diarias de unas familias normales a las que les pasan cosas tan normales que uno se figura que no les pasa nada.

Puro neorrealismo tardío, en la línea Rossellini o De Sica. Aunque, la realidad nunca es tardía. Y Olmi mas que cine de ficción realiza un documento histórico que, con seguridad, sorprenderá a aquellos espectadores presentes y, sobre todo futuros, que no conciban la vida sin un televisor o una lavadora. Seguramente encuadrarán El árbol de los zuecos en la categoría cinematográfica de la ciencia (o realidad) - ficción.

Buen ejemplo de un cine de compromiso social que el tiempo y los cambiantes gustos han arrinconado en cierta manera, pero que aún conserva gran parte de su fuerza gracias a la veracidad de sus vivencias y de sus denuncias.

Eso sí, tres horas son muchas horas.
FATHER CAPRIO
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