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España España · Barcelona
Voto de perdiguero:
7
Ciencia ficción Nuevas aventuras del almirante James T. Kirk y el resto de la tripulación de la nave Enterprise, que una vez más se atreve a llegar "donde ningún hombre lo hizo jamás". Ricardo Montalbán repite su personaje de villano que interpretó en 1967 en el episodio televisivo "Space Speed". (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2007
44 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Nunca segundas partes fueron buenas". Esto decía Chico Marx en una de las mejores comedias que he disfrutado jamás. Y esto podría aplicarse a esta película si se hace un visionado rápido y superficial, pero en este caso no es así, afortunadamente.

Segunda entrega cinematográfica de la popular serie de ciencia-ficción, que además supuso la primera parte de una trilogía que concluiría con Star Trek IV: Misión, salvar la Tierra. Tras la opulenta primera entrega, la productora decidió tirar adelante la saga con un presupuesto muy inferior al que merecía esta segunda parte. El resultado fue que esta película se rodó aprovechando muchos planos y efectos de la primera parte y con una aparente sensación de "refrito" en algunos aspectos. Por todo esto la película no merecería una calificación muy alta.

Sin embargo, Star Trek II tiene una serie de cualidades y aspectos curiosos que bien merece la pena comentar y que la convierten en auténtica película de culto. En primer lugar, la acción arranca del capítulo "semilla espacial" de la serie original, donde el personaje Khan, brillantemente interpretado por Ricardo Montalbán, busca vengarse del almirante Kirk por haberle condenado al exilio en un lejano planeta. En esta película vemos una mayor y más creíble compenetración entre los dos protagonistas absolutos de la serie (Kirk y Spock) y mayores dosis de dramatismo que en la primera entrega, hecho que se pone aún más de manifiesto al final de la película.

También son de destacar ciertos aspectos artísticos como los espectaculares uniformes que lucen los oficiales (en la primera parte, más que uniformes parecían pijamas), la brillante y frenética partitura de James Horner y un curioso efecto especial que se observa al final de la película (*) y que en cierto modo la convierten en visionaria... científica.

La película también cuenta con algo más de "acción" que su predecesora, pero siempre a dosis muy limitadas. No hay que olvidar que el espíritu de Star Trek y de su creador no es tanto la acción como el de hacernos meditar sobre el tema que trata la película. Y eso debe valorarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
perdiguero
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