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España España · Barcelona
Voto de mi_mo_ca:
7
Serie de TV. Thriller. Intriga Miniserie de TV (2019). 8 episodios. Wayne Hays es un detective de la policía de Arkansas. Junto a su compañero Roland West, se ve involucrado en la investigación de un macabro crimen desencadenado por la desaparición de dos niños en plena región de los Ozarks, en el Medio Oeste americano. Un misterio que cala en la vida personal de ambos agentes y se prolonga a lo largo de varias décadas. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2019
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta nueva temporada cuya ambientación y línea argumental, a priori, puede recordar más a la primera temporada, Nic Pizzolatto, asumiendo incluso labores de dirección, nos muestra el caso de unos niños desaparecidos en 1980.
Cómo ya usó cómo recurso narrativo en la primera temporada y en su obra Galveston, presenta varios tiempos en la historia, pero en ese aspecto, aquí va un poco más allá.
Abarca un período de 35 años desde 1980 hasta 2015, y plantea tres tiempos, la desaparición en 1980, la reapertura del caso en 1990 y la persistencia de la memoria por parte de un viejo detective, que pese al alzheimer sigue teniendo algo en su interior que le impulsa a querer cerrar el caso, ya en 2015.

El auténtico protagonista de esta temporada es el tiempo, un período de 35 años es una gran parte de la vida de una persona, y otorga una dimensión y una perspectiva muy distintas en esta temporada, al caso, a las relaciones y a todo.

En este caso, los incidentes durante la investigación, los errores o la falta de diligencia en el caso, e incluso la falta de competencia de los detectives, se muestra de forma más contundente, y es el tiempo, el que se ocupa de poner las cosas en su lugar.

El caso de la desaparición de Julie Purcell, condiciona las vidas de Wayne Hays (Purple Hays, el eterno explorador) y de su compañero, así como la de su pareja, Amelia, que también investiga y escribe sobre ello, usando otra aproximación al caso, y se enlaza con sus vidas de un modo que ya no se puede desconectar, porque una cosa sin la otra perdería su sentido.

Una lástima lo poco aprovechados que están dos muy buenos actores como Scoot McNairy y Michael Rooker, y el uso de las transiciones en el tiempo de las imágenes entre una época y otra, que no funcionan bien como recurso narrativo, y la falta de climax de la historia, aspecto que resulta decepcionante.
mi_mo_ca
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