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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de Ozymandias_Iskander:
7
Musical. Comedia. Drama Ethan es un depresivo y sensible Emo de tendencias suicidas que toca rock en una banda donde el buen rollo es un absoluto tabú. Trinity es una compañera de clase que canta en el coro de su grupo cristiano. Al cruzarse sus caminos, algo sacudirá a su pequeña escuela.
30 de marzo de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Usted se ha parado a pensar alguna vez en que Jesucristo lloraba por los pecados de otros, acabó muriendo en la cruz por los males de los demás y que se pasó toda su vida siendo perseguido y acabó pagando por los estragos de la raza humana... y eso hace que sea un poco... humm... emo? Yo nunca lo había pensado y solo por este número musical, ya EMO The musical ha valido la pena:

Y lejos de ser solo una película tontorrona para adolescentes (que lo es, no vamos a mentirnos), también tiene algunos toques de humor lo suficientemente graciosos (o, al menos, lo intentan) para levantar su mensaje de: sé tú mismo, por encima de cualquier moda. Los emos viven de sus apariencias: Bradley es una diva que quiere quedar bien con su ídolo emo, Roz finge que no le gustan los deportes, Ethan es una mentira que se ve dividida entre lo que es y lo que quiere ser y Jay..., bueno, a Jay le va bien. Sus "enemigos", los cristianos, tienen a un chaval que se somete a descargas eléctricas para no ser homosexual, a Jamali, una chica de Sri Lanka embarazada (de modo inmaculado), a la pobre Trinity que intenta bautizar a todo Cristo (je, chiste fácil, lo sé) y de líder a un Isaac que da asco con solo ver cómo se comporta con Jamali. Por otra parte, tenemos ahí ese instituto que vive de la subvención de una farmacéutica que les da antidepresivos a todo el mundo (un poco de crítica al mundo educativo nunca viene mal). Es decir, apariencias y más apariencias.

Todo esto con el estilo de un musical adolescente. Los números musicales no son siempre espectaculares ni nada del otro mundo, puede que sus letras no sean tan ingeniosas como desearíamos ni su ritmo tan pegadísimo, pero el aire majo de la propuesta hace que merezca su visionado para el espectador que no espera nada más que un grito generacional. No esperen rock corrosivo ni un verdadero conflicto, solo ese submundo adolescente donde la música podría ser una forma de expresarse.

Neil Triffet dirige la película a partir de un corto y, aunque no se siente excesivamente alargada su premisa, se nota cierto ímpetu a la hora de intentar levantar un musical de bajo presupuesto australiano, que mira con aire de sátira al género "musical adolescente" y de comedias ácidas como Mean Girls (Mark Waters, 2004).

Más allá de duelos entre tribus urbanas oscurillas como los emos y grupos de jóvenes cristianos enfrentados entre su fe y lo que desean ser, EMO the musical es una película maja, no lo suficientemente subversiva para verla quinientas veces, pero tampoco lo suficientemente idiota como para que las televisiones la emitan unas quinientas veces. No obstante, prefiero el aire un poco macarra de esta propuesta si la alternativa es la versión popera de los típicos musicales adolescentes. Y es que ninguno, hasta hoy, me había hecho preguntarme: ¿era Jesús un emo?

Crítica publicada originalmente en: https://goo.gl/CCYcSS
Ozymandias_Iskander
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