Lo mejor de la película es, sin duda para mí, el ver los cambios en el pensamiento de Said, el prota, quién en un principio trata de convencer con dudas a su compañero, luego va a acabar lo empezado cuando no ha salido bien, se echa atrás de nuevo (Cuando no entra en el bus), se lo sigue pensando largo rato mientras deambula y acaba como acaba.

Se ven muy pocas películas palestinas, lo normal, así que cuando sale alguna lo suyo es que trate lo suyo mismo, que nos den su visión de lo que pasa y no estemos condicionados por las películas americanas o las israelíes. Ésta desde luego lo consigue. Entre sus virtudes se cuenta la contraposición a esa especie de fobia que algunos tienen/tenemos a ver películas así por miedo a que sea un rollazo que solo intente contarnos su historia, pero en este caso no es así, surge una película entretenida a la vez que transmisora así que sale jugada redonda.

La parte que más, diremos, "aburre" es a partir de cuando él regresa y se pierde para los demás buscando a no sabe ni él quién. La chica tampoco es que me encaje demasiado pero no le hago ascos en vista que tiene un papel fundamental que es de hacer cambiar de opinión al compi de juergas, y alguien así hace falta en el film.

En resumen, la otra visión del conflicto que no entra en sensiblerías ni ñoñeces y, además, no aburre.