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España España · Barcelona
Voto de David MS:
6
Comedia Mark y Jessie Bannister son un feliz matrimonio de Los Ángeles. Ambos tienen unos buenos puestos de trabajo y acaban de adquirir una confortable casa, situada en un lujoso barrio. Su apacible existencia, en cambio, se verá alterada cuando Mark abre el correo y ve con estupor que su primo Fred y su esposa Bernice tienen pensado ir a pasar unas vacaciones con ellos. Fred solía ser un tipo bastante salvaje y ahora que se encuentra sin ... [+]
18 de septiembre de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cien pesetas al día era lo que costaba Canal + en el inicio de sus emisiones allá por el principio de los años noventa, obteniendo el abonado a cambio un canal dedicado casi exclusivamente al mejor cine -y el partido de futbol de los domingos-. Una de las primeras películas en emitirse fue Qué Suerte... Llegaron los Parientes, un comedia de 1990 que tuve la casualidad de ver en uno de los múltiples pases que le dedicaron, y que vete a saber por qué me gustó, por lo menos lo suficiente para repetir en pleno 2013.

Dirige Tom Ropelewski en uno de sus dos únicos largometrajes como director, el otro sería ¡Mira Quién Habla Ahora! (1993), en el que volvería a coincidir con la protagonista del film que me ocupa, una Kirstie Alley que en ese 1990 triunfaba en TV con Cheers. Su acompañante es otro actor habitual de la pequeña pantalla, John Larroquette (Juzgado de Guardia), y el resto de integrantes del reparto con suerte volvería a destacar en alguna producción, salvo John Diehl (Corrupción en Miami y Stargate TV) y Robert Ginty (1948-2009), éste conocido por la saga El Exterminador.

Los Bannister (Larroquette & Alley) son un matrimonio que triunfa en el ámbito laboral y que además disfrutan de la felicidad de su recién adquirida casa. Su vida se complica cuando empiezan a recibir la visita de sus parientes, que en lugar de estar de paso se quedan a vivir, convirtiendo el hogar de los Bannister en la casa de locos del título original -Madhouse-.

Un alijo de cocaína, elefantes de circo, un gato que siempre revive, una redada de la policía, un incendio en la casa del vecino... son solo algunos de los elementos e imbecilidades que suceden en Qué Suerte... Llegaron los Parientes. Suficientes situaciones divertidas y personajes descerebrados con los que mantener el interés la ajustada hora y veinte que dura -que no se hace pesada-. No consigue que te partas de risa pero es simpática, hasta tiene algún gag acertado: la pesadilla del personaje de Larroquette, con la casa invadida por parientes como si fuesen zombies...
David MS
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