Media votos
4,8
Votos
8.558
Críticas
461
Listas
45
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de JACHi:
8
8,2
80.292
Drama
Belfast, años 70. Gerry (Day-Lewis) es un gamberro que no hace nada de provecho, para disgusto de su padre Giuseppe (Postlethwaite), un hombre tranquilo y educado. Cuando Gerry se enfrenta al IRA, su padre lo manda a Inglaterra. Una vez allí, por caprichos del azar, es acusado de participar en un atentado terrorista y condenado a cadena perpetua con "los cuatro de Guildford". También su padre es arrestado y encarcelado. En prisión Gerry ... [+]
5 de noviembre de 2009
16 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como los vinilos o las videoconsolas antiguas, este producto es de esos que se revalorizan con el tiempo. Increíble guión, dirección e interpretaciones todas, hacen de EN EL NOMBRE DEL PADRE una película imprescindible y clave dentro del cine de los 90. Como cualquier cosa que diga es sobrante (lo que hay que hacer es verla y punto), me voy a centrar en una reflexión que me sobrevino la noche después de ver la peli, aquella en que no pude dormir.
Todos sufrimos injusticias a diario. Quiero decir pequeñas, salvables, perdonables, de esas que pensamos "bah, qué importa, lo dejo correr". No sé, que el carnicero nos cobre más de la cuenta, que tengamos que pagar una multa tonta, que un profesor nos coloque un 6 cuando nos merecemos un 8, que nuestra amada piense que somos unos mierdas cuando valemos mil veces más que el asqueroso cejijunto que se pasa por la piedra... no sé, millones de cosas.
Pero algunas veces, en la vida se nos presenta una situación tan tan tan clamorosamente injusta, tan jodida y es tal la impotencia que sentimos por ello, que ya no hay lugar para el 'dejarlo pasar'. YA NO. Llega un momento en que tenemos que plantarnos y manifestar sin miedo y con decisión que la justicia está de nuestra parte, y ese momento llega cuando las consecuencias de nuestro clamor son menos temibles que la injusticia en sí. Eso es lo que les pasó a los desdichados Conlon.
Pero lucharon, hasta el final.
En el nombre del Padre.
En el nombre del Hijo.
Todos sufrimos injusticias a diario. Quiero decir pequeñas, salvables, perdonables, de esas que pensamos "bah, qué importa, lo dejo correr". No sé, que el carnicero nos cobre más de la cuenta, que tengamos que pagar una multa tonta, que un profesor nos coloque un 6 cuando nos merecemos un 8, que nuestra amada piense que somos unos mierdas cuando valemos mil veces más que el asqueroso cejijunto que se pasa por la piedra... no sé, millones de cosas.
Pero algunas veces, en la vida se nos presenta una situación tan tan tan clamorosamente injusta, tan jodida y es tal la impotencia que sentimos por ello, que ya no hay lugar para el 'dejarlo pasar'. YA NO. Llega un momento en que tenemos que plantarnos y manifestar sin miedo y con decisión que la justicia está de nuestra parte, y ese momento llega cuando las consecuencias de nuestro clamor son menos temibles que la injusticia en sí. Eso es lo que les pasó a los desdichados Conlon.
Pero lucharon, hasta el final.
En el nombre del Padre.
En el nombre del Hijo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La música de U2 no podía haber sido más apropiada: es la banda sonora ideal para este film.
La escena en que conocen a los jipis es estupenda, deja bastante claro de qué naturaleza están hechos (en todos los países oye).
El juicio en que se condena a los inocentes es un hachazo directo al corazón.
Pero el remate que hace ya no puedas resistir echarte a llorar por muy de hierro que seas, es la impresionante escena en que los presos sueltan papeles ardiendo por las ventanas en homenaje a Giuseppe, personaje crucial genialmente interpretado.
La escena en que conocen a los jipis es estupenda, deja bastante claro de qué naturaleza están hechos (en todos los países oye).
El juicio en que se condena a los inocentes es un hachazo directo al corazón.
Pero el remate que hace ya no puedas resistir echarte a llorar por muy de hierro que seas, es la impresionante escena en que los presos sueltan papeles ardiendo por las ventanas en homenaje a Giuseppe, personaje crucial genialmente interpretado.