Media votos
6,4
Votos
4.202
Críticas
702
Listas
12
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Taylor:
8
8,1
6.286
Drama
El matrimonio formado por Johan, profesor de psicología, y Marianne, abogada, recibe una noche en su casa la visita de sus amigos Peter y Katerina. Al poco tiempo, los invitados empiezan una fuerte discusión en la que los anfitriones intentan mediar sin éxito alguno. Cuando se quedan solos, Johan y Marianne empiezan a hablar de su matrimonio y de sus problemas. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2007
101 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se me ocurre nadie mejor que el sueco para poner sobre la mesa las virtudes y miserias de un matrimonio pequeñoburgués sin que el producto resultante parezca una charla de consultorio ni una sonrojante exposición de higadillos y demás mezquindades humanas al más puro estilo telebasuril.
Pese a que sus detractores lo suelen tachar de pedante, metafísico y abstruso hasta la náusea, Bergman no hace alarde de ninguno de esos reconfortantes halagos en la peli que nos ocupa. Algo debe de tener este señor para armar entre cuatro paredes, dos actores y casi tres horas de metraje, una tesis matrimonial de magnitudes catedralicias.
Cierto es que Liv Ullmann y Erland Josephson están por la labor y nos regalan un duelo interpretativo de altura. Eso ayuda, como no. También favorece asimilar y/o descifrar mejor el discurso bergmaniano si vas camino de cumplir una década de contrato matrimonial como Johan y Marianne. Como Cristina y yo. Digamos que esa circunstancia ayuda a empatizar o a digerir con mayor fluidez la mayor parte de las eventualidades que nos plantea el film. Tal vez no verifiquemos todas y cada una de las situaciones cotidianas que puedan dar de sí diez años de convivencia, pero a Ingmar no le tiembla el pulso a la hora de mostrarnos de la forma más explícita y cruda posible contingencias tales como la violencia física o psicológica de ámbito doméstico.
Follar como leones resulta beneficioso a todas luces, pero no más que gozar con la misma música, con la misma comida o con los mismos horarios. El amor eterno es tan engañoso y quimérico como la complicidad sin convenio.
Se advierte que confundir “Secretos de un matrimonio” con “Escenas de matrimonio” esta penado con la consumación, certificada bajo acta notarial, de un menâge-a-trois con Pepa y Avelino. Quien avisa no es traidor.
Pese a que sus detractores lo suelen tachar de pedante, metafísico y abstruso hasta la náusea, Bergman no hace alarde de ninguno de esos reconfortantes halagos en la peli que nos ocupa. Algo debe de tener este señor para armar entre cuatro paredes, dos actores y casi tres horas de metraje, una tesis matrimonial de magnitudes catedralicias.
Cierto es que Liv Ullmann y Erland Josephson están por la labor y nos regalan un duelo interpretativo de altura. Eso ayuda, como no. También favorece asimilar y/o descifrar mejor el discurso bergmaniano si vas camino de cumplir una década de contrato matrimonial como Johan y Marianne. Como Cristina y yo. Digamos que esa circunstancia ayuda a empatizar o a digerir con mayor fluidez la mayor parte de las eventualidades que nos plantea el film. Tal vez no verifiquemos todas y cada una de las situaciones cotidianas que puedan dar de sí diez años de convivencia, pero a Ingmar no le tiembla el pulso a la hora de mostrarnos de la forma más explícita y cruda posible contingencias tales como la violencia física o psicológica de ámbito doméstico.
Follar como leones resulta beneficioso a todas luces, pero no más que gozar con la misma música, con la misma comida o con los mismos horarios. El amor eterno es tan engañoso y quimérico como la complicidad sin convenio.
Se advierte que confundir “Secretos de un matrimonio” con “Escenas de matrimonio” esta penado con la consumación, certificada bajo acta notarial, de un menâge-a-trois con Pepa y Avelino. Quien avisa no es traidor.