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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Serie de TV. Animación. Aventuras Miniserie de TV (2018). 4 episodios. En esta adaptación de la novela clásica de Richard Adams, un grupo de conejos se enfrenta a muchas amenazas al emprender un peligroso viaje en busca de un nuevo hogar.
2 de enero de 2019
0 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ay.

Me parece increíble, y a la vez catastrófico.
¿Qué supervisor de animación dijo que quedaba bien animar puros cadáveres de conejo para readaptar la novela de Richard Adams?
Porque no es solo un fallo menor, o que acaba por no importar: condiciona la historia hasta el punto de que las extraordinarias voces presentes acaban desconectadas de lo que se muestra, como un audio sincronizado a la fuerza.

'La Colina de Watership' no merecía esto.
Sobre todo porque, contra todo pronóstico, cuando se lo permiten muestra la fuerza de lo que relata: una madriguera abandonada sugiere toda su historia de tristeza pese a estar pobremente animada, y por un segundo me creo los rostros planos con odio y miedo de los conejos, por las palabras que los están acompañando.
Es un mal del que ninguno de los cuatro capítulos se recupera, y hasta el final está dando por saco, con lo bonito que habría sido animar todo con las sombras chinescas que hechizan el prólogo.

Aún así, la huida de Hazel, Bigwig, Fiver y otros tantos creyentes hacia un lugar seguro permanece sólida como alegoría política, trascendiendo la mera fábula para contar la historia de todo pueblo y sociedad.
Hace tiempo, el príncipe de los conejos El-ahrairah fue maldecido por el dios Frith a correr y ocultarse de los Emiles; los pájaros, zorros y perros que perseguirían continuamente su sangre, empezando así una forma de vida perpetuada madriguera tras madriguera.
Con esa carga mítica encima, y una visión apocalíptica de Fiver pesando sobre sus cabezas (lo único que aprovecha la rampante irrealidad de la composición tridimensional), el puñado de conejos rechazados por su grupo inicia un viaje de tintes bíblicos, el cual afrontan con un pie en la desesperación del acomodado y otro en la resignación de la presa desfavorecida.

El ideal de un hogar flota sobre las largas llanuras que atraviesan, a menudo nublando su juicio porque toda su existencia ha consistido en aprovechar la oportunidad para sobrevivir un día más, y no en resistir por algo que ni saben si existe.
Por eso, se quieren quedar en cada una de las madrigueras que encuentran, aunque suponga la primera alimentarse bajo una falsa noción de prosperidad, y la segunda adoptar la dictadura del general Woundwort, al mando del cual los conejos adoptan las formas depredadoras de los Emiles que tanto temen.
Poco a poco, zarpazo a zarpazo, milla tras milla, Hazel y Bigwig se dan cuenta de que las leyendas de El-ahrairah han sido desplazadas del nuevo bravo mundo, porque los recursos son vitales para todo animal, y estos harán lo que sea por conseguirlos, aunque deban degollar su propia especie.

Solo en breves momentos la Coneja Negra deja notar su aliento, restableciendo el único aspecto de mitología presente en el avance de las civilizaciones: la Muerte hermana a todo el mundo, llamando en cada herida para recorrer sus infinitas llanuras.
Hazel y compañía no tienen más remedio que alejarse de ella, corriendo y saltando, evitando el punto de mira humano, por el camino descubriendo que las hazañas inmortales se construyen en el sacrificio de hacer lo correcto, aunque ardan las entrañas de soportar lo cruel.

El castillo de naipes conceptual es gigantesco y ambicioso, pues estos conejos sufren más que aman, y su esperanza no se cristaliza hasta mucho después de ser conquistada.
Pero con un soplido de expresiones muertas Netflix y BBC han sepultado todo lo ambicioso de la odisea.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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