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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Aventuras. Comedia. Drama Dos adolescentes viajan a través de los EE.UU. en 1962, durante el caos de la crisis de los misiles en Cuba, en busca de Eleanor Roosevelt. (FILMAFFINITY)
24 de noviembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una cosa que se repite a lo largo de toda la historia de 'Dear Eleanor' y que, de alguna manera, le da un agradecido toque cotidiano, son las menciones a famosas estrellas mediáticas, actores, políticos o artistas de los 60.
Eleanor Roosevelt, Lee Strasberg y Elvis Presley ocupan todas las conversaciones de las jóvenes Ellie y Max, chicas de pequeño pueblo que proyectan en ellos sus sueños, con la esperanza de conocerles algún día aún sabiendo que es probable que no suceda.
En una época de tensión, en la que en cualquier momento la Guerra Fría podría volarnos del mapa, qué mejor que soñar con lo imposible, lo que de verdad representa quiénes queremos ser: Ellie y Max sueñan con ser Eleanor Roosevelt, porque sencillamente no hay ningún otro gran ejemplo a su alrededor.

La única mujer que quizás sí podría competir con ella, al menos para Ellie, sería su madre, pero todo cambia cuando un accidente de coche deja a la familia huérfana de ese otro gran ejemplo. Es sutil la manera en la que Ellie se queda fuera de la explicación que su padre va a dar a sus hermanos, muy sutil la manera en la que la enfermera le da el abrigo de su padre, como diciendo "ahora te toca a ti ser el ejemplo".
Cuando la realidad es que ella es solo una niña apenas entrando en la adolescencia, demasiado mayor para jugar con muñecas, pero demasiado pequeña para no saber que le debe algo a su madre, quizás dar el discurso que ella nunca pudo dar.
Su amiga Max le dará locura y coraje, sus iconos televisivos les darán un cielo alcanzable con las puntas de los dedos. El viaje era inevitable.

Soy capaz de perdonar el descarado croma que a veces recrea el desierto de Nevada, y hasta la olvidable y afectadísima actuación de Jessica Alba, porque las dos chicas pueden con todo: la pureza de sus ambiciones acaba cambiando todo a su alrededor, incluidas las personas con las que se encuentran.
Un ladrón fugado de Alcatraz y una bailarina serán los cómplices de ese viaje, marginados de la sociedad como ellas, siguiendo sus propios intereses también como ellas, pero incapaces de levantar cabeza tras algún que otro fracaso.
Pasa que ellos dos saben que el sueño de las chicas de llegar a conocer a Eleanor Roosevelt es imposible, pero no por ello las desaniman o dejan de ayudarlas, porque no van a ser ellos los que digan "no", lo mismo que les han dicho tantas veces.

Si admiras a tu icono, lo mínimo es buscarlo, hablarle de tú a tú, y comprobar si es verdad que tu vida cambia tras conocerlo.
Todo el mundo tiene alguien a quien admirar, todo el mundo quiere ser alguien. Por eso las chicas imitan las maneras de Marilyn Monroe, por eso el chico que ama a una de ellas se cree un Marlon Brando motorizado. Solamente intentar ser alguien, partiendo de ídolos que para ellos son grandes.

Pero la magia de su viaje es que, entre comportamientos medidos y falsas esperanzas, empiezan a aparecer las mujeres que de verdad quieren ser.
Pendientes de Eleanor Roosevelt quizás, copias de ella jamás. Son Ellie y Max, su propio sabor, su propia identidad.
Un regalo no tan común en su tiempo, y a su edad.
Charles
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