"Cuando los dinosaurios dominaban la tierra" es una bienintencionada película que cuenta con una dosis enorme de elementos sugerentes. Cualquier cinéfilo curioso puede sentirse atraído por muchas cosas, ya sea por la producción inglesa y el nombre propio de Val Guest, por la rareza de un subgénero dentro de la ciencia-ficción, llamémoslo prehistoria-ficción, o por supuesto averiguar cómo se mezcla la vida de dinosaurios con los hombres de las cavernas. Hace bastante que vi a Raquel Welch en aquella primera película de aventuras prehistóricas, "Hace un millón de años", y no la recuerdo tan aburrida. Por supuesto, sí recuerdo los bikinis que lucía Welch, y debo decir que las carnes de Victoria Vetri merecen igualmente la pena. De hecho, siguiendo por esta línea prosaica, debe quedar claro que todas las mujeres de la tribu están de muy buen ver. Pero la película, ciertamente y sin reparos, es mala de principio a fin.

Aparecen dinosaurios, por supuesto, pero ni siquiera eso es algo que valga la pena, incluso sus apariciones son de dudosa calidad. Lo peor de todo, imperdonable, son los diálogos a veces interminables en idioma prehistórico entre los humanos. No es una queja cualquiera, estamos hablando de verdaderos diálogos con muchas intervenciones entre varios humanos, usando siempre las mismas palabras inventadas y abusando de sobreentendimientos. No hacía falta que discutieran cada cinco minutos, tanta conversación me ha dejado frito. Sencillamente, los diálogos sobran. Hablaré en plata: es una película para ver carnes, las de los monstruos extinguidos y las de los actores.
Pocas cosas buenas a destacar, el que haya visto a Raquel Welch, avisados están, que no vaya más allá. Esta película es larga, aburrida y lo peor que se le puede decir, innecesaria.