Will Smith es un actor muy querido por el público, cuya faceta más dramática nos ha traído buenos títulos como "Siete almas" o "En busca de la felicidad". Ambas películas pasaron sin ser un gran éxito por la taquilla, pero el paso de los años las ha hecho muy conocidas, sobre todo por contar una buena historia y por el buen hacer de este actor.
Por tanto, había buenas expectativas con este nuevo film. Por desgracia, bien sea por esperar más de lo que da, o bien por encontrarme con algo distinto a lo que el tráiler prometía, me he llevado una decepción.
Smith cumple. No hace un gran alarde interpretativo porque ni la película ni su personaje se presta a ello, pero ofrece un par de momentos de gran nivel actoral.
El problema es el guion. La promoción no dejaba claro que el tema de trasfondo es el fútbol americano, con lo cual ya empezamos mal. Que levante la mano el que haya visto algún título sobre este deporte que no sea aburrido de por sí. Los "extranjeros" no podemos entender las pasiones que levanta este deporte, y cuyo negocio es un gigante al que este médico se enfrenta, debido a sus descubrimientos médicos.
Aun así, lo importante es ver la lucha del protagonista contra un todopoderoso sistema al que le importa más el dinero que la salud. Con todo, el desarrollo argumental no deja de ser una sucesión continua de diálogos, que por lo general no tienen suficiente intensidad ni interés como para que se me quite la sensación de estar viendo un mero "telefilm". Vale, tiene buenos actores y eso, pero es que es bastante aburrida. Es una película no apta para ver a ciertas horas o con sueño, pues puede causar somnolencia.
No es mala, pero camina en la cuerda floja que separa la calidad de los bodrios, pues es demasiado sosa. Solamente porque sale Will Smith y actúa bien, podemos salvarla. Pero se salva por muy poquito margen, que conste.