Crítica escrita tras terminar de ver la primera temporada.
Existen ciertas series de ciencia ficción y misterio que parten de un importante enigma, pero que luego solamente marean la perdiz y lo van resolviendo a paso de tortuga. En esa categoría podríamos poner ejemplos como “Resurrection” o “Revolution”, y por supuesto “Extant”, o al menos esa es la impresión que dejan los primeros capítulos.
Ya desde el primer episodio tratan de engancharnos con un acontecimiento imposible de entender. Como seguramente los mismos guionistas no saben salir de su embrollo, o simplemente porque las series son así, toca tener un poco de paciencia.
Afortunadamente, le di un voto de confianza y esperé. Cuando llega el quinto o sexto episodio, la serie ya toma forma, sabe por donde quiere seguir, y mejora mucho en su planteamiento y ritmo.
Halle Berry es buena actriz, y aquí lo vuelve a demostrar. Es la protagonista absoluta y recrea muy bien los sentimientos de esta astronauta madre de familia que tiene que lidiar con hechos que le hacen pensar que puede estar volviéndose loca.
En un segundo plano, trata del mundo de la robótica y la inteligencia artificial, socorridos temas habituales en la ciencia ficción. La situación con el niño es muy similar a lo ya visto en “Inteligencia artificial”, de Spielberg, que por cierto es productor ejecutivo de la serie. También veo un acierto el desarrollo de esta línea argumental, ya que al principio parece que no tiene importancia pero luego adquiere peso y una mayor relación con todo lo que está pasando.
No está centrada en los efectos especiales, sino que tira más por el drama y las relaciones entre personajes.
El misterio, la intriga y la adicción que toda buena serie debe tener, van en progresión. Esta serie es fácil de abandonar a la primera de cambio, pero si se aguanta un poco más allá de los cuatro primeros, se descubre que es aceptable y que no es tan aburrida como parece.
Veremos como continúa, pues da la sensación de que el argumento no da para demasiados episodios (en principio).