A veces pienso que en el cine de acción se subestima la inteligencia del espectador.
Que a mí me encanten las películas de acción, tiros, puñetazos, patadas, cabezazos, tios duros y demás elementos testosterónicos de macho alfa no significa que no me guste ver una buena historia. Y al principio, cuando vi esta peli pensé que por fin una serie B de "dar palos" tenía un algo que a parte de hacerme disfrutar de la acción me hacía estar en cierto suspense al preguntarme "¿Qué coño lleva en el paquete?"... Cuando quedaban 15 minutos para que acabara y me entero del puñetero contenido del paquetito y el motivo de todo el pastel me dije "El malo es tonto y yo me siento más".
Y es que una cosa es que vea este tipo de pelis para no pensar y otra que algunas veces sean tan rebuscadas las tramas, digo yo que para que parezca una peli seria, que me hagan pensar de más.
Aún así, reconozco que disfruto como un niño cuando veo a estas dos bestias pardas repartiendo "amor y cariño".