Da gusto ver cómo un actor casi ignorado quiere y va logrando resurgir de sus cenizas cual ave fénix. Y es que seguro que a más de un fan del que en los noventa nos dejara con la boca abierta con sus "patadas helicóptero" y su mítica apertura de piernas, nos da subidón ver como esta vieja gloria del cine de acción ha resucitado más fuerte que nunca, siendo JCVD su punto de arranque. Físicamente sigue casi igual (la edad no perdona, amigo) y no decepciona en las escenas más frenéticas. Pero a eso hay que sumar su mejora interpretativa que hace de sus personajes seres más creíbles y dramáticos. Ya no estamos ante un tío que lo pasa mal, reparte palos y luego se va de rositas con un par de arañazos. Estamos ante un tío que lo pasa mal, reparte palos y luego lo sigue pasando mal porque es consciente de que sus actos tienen consecuencias. Aquí tiene mucho que ver el guión y ahí está la clave. Van Damme ya no elige ni se atreve a dirigir bodrios insustanciales para un público que prefiere ver una emisión de Pressing Catch que una peli de Bruce Lee. El público con cierta solera fílmica en su cerebro quiere ver adrenalina justificada y ésta es una buena fórmula.
Por eso al que le gusten las peliculas de acción pero con coherencia y una trama bien llevada esta es la suya.
Ojo, no la equiparo con sus antológicas "Contacto Sangriento", "Kickboxer", "Time Cop", "Soldado Universal" y si me apuras "Retroceder nunca, rendirse jamás". Estas películas marcaron una época y sorprendieron a toda una generación, cosa que ya no es capaz de hacer, no solo Van Damme, sino casi nada de lo que veamos en la grande o pequeña pantalla. Pero siempre da gusto ver una buena peli con tensión, algo de drama y mucha y buena acción.
Le pondría más nota si la temática y algunos puntos concretos no me recordaran tantísimo a "Venganza"(todo un caramelito dentro del género).