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Comedia. Drama
Marcel Marx, famoso escritor bohemio, se ha exiliado voluntariamente y se ha establecido en la ciudad portuaria de Le Havre (Francia), donde vive satisfecho trabajando como limpiabotas, porque así se siente más cerca de la gente. Tras renunciar a sus ambiciones literarias, su vida se desarrolla sin sobresaltos entre el bar de la esquina, su trabajo y su mujer Arletty; pero, cuando se cruza en su camino un niño negro inmigrante, tendrá ... [+]
1 de mayo de 2012
32 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia dramática del realizador Aki Kaurismäki (Finlandia, 1957), según guión original escrito por el mismo. Se rueda en escenarios naturales de El Havre y Calais (Francia), en platós construidos al aire libre y en estudio, con un presupuesto de 3,85 millones de euros. Obtiene el premio FIPRESCI de Cannes. Producido por Aki Kaurismäki para Pyramide Productions, Sputnik y Pandora Films, se proyecta por primera vez en público el 17-V-2011 (Cannes).
La acción dramática tiene lugar en el puerto marítimo de El Havre, Calais y en la costa de Normandía (Francia) durante unos quince días del final del invierno de 2011. Marcel Marx (Wilms) es un escritor dado a la vida bohemia, que ha dejado su ocupación, la fama y las ambiciones profesionales para vivir cerca de las personas sencillas y reales. Se ha trasladado de París a El Havre, donde trabaja como limpiabotas callejero y vive en pareja con Arletty (Outinen). Es optimista, alegre, desordenado y sociable, aunque huye del compromiso. Arletty cuida la casa, administra el dinero, se desvive por Marcel y se relaciona con la panadera Claire (Salo) y con Yvette (Didi), la dueña del bar.
La obra desarrolla un cuento sencillo, tierno y encantador, como medio para aproximarse a la realidad de la inmigración y construir un análisis de la misma actual y realista. Evita las tentaciones moralistas, las derivas sentimentalistas y las propuestas de adoctrinamiento del espectador. Establece el análisis desde la perspectiva de un hombre culto, sensible, comprensivo e inteligente, que se ha situado voluntariamente al margen de la vida activa y competitiva del mundo que le rodea. De ahí que su juicio y su actitud resulten particularmente adecuados para construir un discurso capaz de captar el interés y la atención del espectador.
El estilo del film se inspira en el realismo que ha practicado el autor en la mayoría de sus trabajos anteriores. El lenguaje destila sinceridad, transparencia, veracidad y honestidad. A lo largo del relato se hace presente una melancolía permanente, que se asocia a una visión fatalista y profundamente pesimista de la vida del ser humano, obligado a soportar episodios reiterados de insolidaridad, injusticia, violencia, explotación y dominación. La narración se presenta salpicada de un humor sutil que se sirve de la ironía, la mordacidad, elementos surrealistas, personajes contradictorios y referencia patéticas propias del más puro humor negro. La narración aprovecha la fuerza expresiva de los contrastes (insolidaridad de muchos y solidaridad de las gentes sencillas del barrio, xenofobia de algunos y tolerancia colaboradora de unos pocos, etc.).
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La acción dramática tiene lugar en el puerto marítimo de El Havre, Calais y en la costa de Normandía (Francia) durante unos quince días del final del invierno de 2011. Marcel Marx (Wilms) es un escritor dado a la vida bohemia, que ha dejado su ocupación, la fama y las ambiciones profesionales para vivir cerca de las personas sencillas y reales. Se ha trasladado de París a El Havre, donde trabaja como limpiabotas callejero y vive en pareja con Arletty (Outinen). Es optimista, alegre, desordenado y sociable, aunque huye del compromiso. Arletty cuida la casa, administra el dinero, se desvive por Marcel y se relaciona con la panadera Claire (Salo) y con Yvette (Didi), la dueña del bar.
La obra desarrolla un cuento sencillo, tierno y encantador, como medio para aproximarse a la realidad de la inmigración y construir un análisis de la misma actual y realista. Evita las tentaciones moralistas, las derivas sentimentalistas y las propuestas de adoctrinamiento del espectador. Establece el análisis desde la perspectiva de un hombre culto, sensible, comprensivo e inteligente, que se ha situado voluntariamente al margen de la vida activa y competitiva del mundo que le rodea. De ahí que su juicio y su actitud resulten particularmente adecuados para construir un discurso capaz de captar el interés y la atención del espectador.
El estilo del film se inspira en el realismo que ha practicado el autor en la mayoría de sus trabajos anteriores. El lenguaje destila sinceridad, transparencia, veracidad y honestidad. A lo largo del relato se hace presente una melancolía permanente, que se asocia a una visión fatalista y profundamente pesimista de la vida del ser humano, obligado a soportar episodios reiterados de insolidaridad, injusticia, violencia, explotación y dominación. La narración se presenta salpicada de un humor sutil que se sirve de la ironía, la mordacidad, elementos surrealistas, personajes contradictorios y referencia patéticas propias del más puro humor negro. La narración aprovecha la fuerza expresiva de los contrastes (insolidaridad de muchos y solidaridad de las gentes sencillas del barrio, xenofobia de algunos y tolerancia colaboradora de unos pocos, etc.).
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
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(Sigue sin espoileres/aguafiestas)
La película desgrana una larga serie de homenajes a cineastas franceses de los que el autor se considera deudor y seguidor, como Bresson, Carné, Becker, Truffaut, Tati y otros. También dedica guiños de simpatía a cineastas no franceses, como Ozu y Buñuel. No faltan las referencias a los escritores, filósofos, pensadores y artistas que más admira (Flaubert, Kafka, Marx, etc.). Explicita las referencias mediante los nombres de unos personajes (Marcel, Robert, André…), los apellidos de otros (Becker…) o imágenes (pies, zapatos, zapatillas, cerezo en flor….). Me han parecido excelentes las interpretaciones de Wilms, Darroussin y Outinen.
La banda sonora, seleccionada por el propio Kaurismaki, suma cortes de J.S. Bach, un tango (“Cuesta abajo”) de Carlos Gardel y temas populares (“Bolero”, “Nostalgia”…), que aportan diversidad, brillo y colorido al film. La fotografía, de Timo Salminen, hace uso de una cámara básicamente estática, que solo circunstancialmente compone escenas dinámicas. Hace uso de escenarios de gran sencillez y notable austeridad (la casa, el bar, le tienda de comestibles….). Da gran importancia a la visualidad, que alcanza niveles sobrecogedores en algunas escenas. El cromatismo se basa en una paleta de colores naturales, que componen una realidad sobria, luminosa y visualmente muy grata.
(Sigue sin espoileres/aguafiestas)
La película desgrana una larga serie de homenajes a cineastas franceses de los que el autor se considera deudor y seguidor, como Bresson, Carné, Becker, Truffaut, Tati y otros. También dedica guiños de simpatía a cineastas no franceses, como Ozu y Buñuel. No faltan las referencias a los escritores, filósofos, pensadores y artistas que más admira (Flaubert, Kafka, Marx, etc.). Explicita las referencias mediante los nombres de unos personajes (Marcel, Robert, André…), los apellidos de otros (Becker…) o imágenes (pies, zapatos, zapatillas, cerezo en flor….). Me han parecido excelentes las interpretaciones de Wilms, Darroussin y Outinen.
La banda sonora, seleccionada por el propio Kaurismaki, suma cortes de J.S. Bach, un tango (“Cuesta abajo”) de Carlos Gardel y temas populares (“Bolero”, “Nostalgia”…), que aportan diversidad, brillo y colorido al film. La fotografía, de Timo Salminen, hace uso de una cámara básicamente estática, que solo circunstancialmente compone escenas dinámicas. Hace uso de escenarios de gran sencillez y notable austeridad (la casa, el bar, le tienda de comestibles….). Da gran importancia a la visualidad, que alcanza niveles sobrecogedores en algunas escenas. El cromatismo se basa en una paleta de colores naturales, que componen una realidad sobria, luminosa y visualmente muy grata.