El viejo recurso del fantasma que vaga prisionero por el limbo, condenado por haber dejado algo en la vida sin concluir, algo que debería haber hecho y que afectó a otras personas.

No se puede hacer mucho caso de la historia del crimen porque tiene puntos mal expuestos, presentaciones que no concuerdan en el tiempo, siendo además un misterio de esos que importa poco, pero ... dejemos eso a un lado. Lo que importa en esta aventurita de bajo presupuesto, es la madura pareja formada por Jaclyn Smith y Corbin Bernsen que quedan estupendamente, caen de lo más simpáticos y se ve que son el uno para el otro. Lo malo es que ella está aquí y el otro está perdido en la dimensión de las almas en pena, o almas muertas como diría Gogol, y eso tiene mal arreglo.

Han tenido el detalle de hacer el encuentro en una vieja oficina de detective privado de finales de los 40, de la época dorada del cine negro, y ahí empieza el primer caso para la mujer insatisfecha de la vida, de la desertora de la abogacía y del novio estirado. Un caso que no tiene nada de especial pero por eso puede gustarte.