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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
5
Ciencia ficción. Acción En un Japón futurista la joven Motoko Kusanagi (Scarlett Johansson), también conocida como 'the Major' Mira Killian, es la líder de grupo operativo de élite, Sección 9, cuyo objetivo es luchar contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos. Al mando de esta unidad de operaciones encubiertas está Aramaki (Takeshi Kitano), y destaca Batou (Pilou Asbæk), un exmilitar considerado como uno de los agentes más salvajes del grupo. Pero, ... [+]
31 de marzo de 2017
38 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro de la temática ciborg, androides, robots pensantes, este manga de los 90 propone el cerebro de un ser humano acoplado dentro de un robot. En este caso era una muchacha que quedó destrozada tras un atentado, así que al cerebro le ponen el cuerpo nada más y nada menos que de Scarlett Johansson, lo cual es un detalle de la organización.

Tras un arranque espectacular en la que Scarlett se quita la gabardina con una indiferencia insultante para un espectador medio, y unas secuencias robóticas de geisha arácnida que prometían una ciencia ficción interesante, la temática transcurre sobre consideraciones que debo indicar que hacen perder esa fuerza inicial y ya no logran ascender, aunque el cuerpo de Scarlett siga ahí. No se termina nunca de avanzar un paso más allá para adentrarse en el miedo ancestral, en la locura mental que parece rondar todo el rato los aires de la película, no llega la sospecha de que algo más siniestro viene en la siguiente secuencia. Faltó el paso en el que el espectador de golpe caiga en la cuenta de lo terrible y oscuro que será el futuro propuesto, un futuro en el que por ejemplo, tú, tus recuerdos, tus vivencias, puedan meterse en un pendrive y te hagan seguir tirando enchufado a un puerto usb y tu cuerpo vaya al contenedor verde, azul, rosa o multicolor.

Otra cosa es el ambiente, que está logrado. Podía haber sido un ambiente luminoso, blanco y limpio pero todo es oscuro, sucio y macarrilla, nos hace pensar en que la globalización va a ser todos dentro de un globo, muy pegados unos a otros, viviendo en colmenas y con pirados, no sé… Yo no opino. El caso es que este agobio no termina de calar en tu cerebro, como por ejemplo sí calaba, y bien, Blade Runner, que te creaba inquietudes y esperanzas y te hacía pensar… Si querías, claro, que no era obligatorio.

Aquí el ambiente está conseguido, el de la propuesta del comic que, como digo, no te remite más que a la acción y a la persecución de un terrorista, un argumento poco brillante y sin más aditivos, pero si en el tema flota continuamente un poso de pensamiento negro con esos experimentos, intriga y recuerdos perdidos, se perdió por el camino o se quedó a medias. Si la Mayor roza con ternura el rostro de una mujer... Dime algo luego. Dime qué has sentido o qué pasa, no te quedes ahí. Nos han traído a este mundo, o hemos venido, da igual, pero ¿a qué hemos venido? Si hubiera conectado Scarlett con nosotros de otra forma que no sólo la corporal, algo de esta intriga hubiera funcionado. Y si no, hacer un thriller futurista plano, sin más, con Scarlett rompiendo la pana, un buen entramado con malvados de verdad y acción a mansalva y déjate de mangas y animes con aires de chismes de vecinas fregando en la escalera, copia el ambiente del comic y mete caña, coño, que estaba Scarlett y apenas ha cambiado el gesto en toda la película.
floïd blue
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