Excelente elenco; Ed Harris dando la talla del gran actor -desaprovechado- que es, Paul Newman comiéndose la pantalla en sus apariciones y demostrando que su magnetismo supera a su físico (que ya es decir), Seymour Hoffman seduciendo al espectador desde su primera aparición en pantalla, Helen Hunt madurando como actriz ( le sientan bien los años a esta mujer) esperemos que le lleguen los papeles que suelen negarse en Hollywood a las maduras como Katy Bates y ella entre otras tantas buenas actrices, Robin Wright sobria y convincente en su paso de Princesa prometida a madre destrozada por su pasado, Joanne Woodward fantástica -como siempre- haciendo de mala malísima, Dennis Farina gran secundario de lujo -impagable su escena del pulso con Ed Harris- apuesta segura en cualquier película, Theresa Rusell asombrosamente camuflada en un papelín secundario sin apenas entidad de camarera amatronada donde muestra que quizás podría ser una buena actriz si le ofrecieran papeles apropiados, y así todos los actores de esta miniserie, que cuenta, con un gran reparto. Ahora vienen los peros... la B.S.O. es empalagosa, metraje excesivo por error del director -les pasa a muchos- de confundir lirismo narrativo/visual con azúcar candé caducado (eso es lo que diferencia a un director que domina esa técnica a la perfección como Victor Erice, de un director mediocre como Fred Schepisi que quiere y no puede) y lo peor que le puede pasar un metraje: abrupto y ridículo final. En fin, que el planteamiento y nudo del guión despiertan expectativas defraudadas por el final, decepcionante y frustrante. Eso si, sólo por ver a los actores, vale la pena.