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Voto de Vivoleyendo:
9
Cine negro. Thriller. Intriga. Drama En un momento crucial de su vida financiera, Gondo (Toshirô Mifune), un directivo de una importante empresa de zapatos, recibe la noticia de que su hijo ha sido secuestrado. El rescate exigido es una gran cantidad de dinero, pero Gondo la necesita para cerrar una negociación que le dará el control de la empresa. (FILMAFFINITY)
25 de diciembre de 2008
66 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maestro Kurosawa, camaleónico cineasta, probó diversos registros en sus muchas películas. Nos hizo viajar por épocas remotas y por un siglo veinte sacudido por la devastación y la recuperación. Nos enseñó su Japón privado, el Japón de guerreros samuráis, de gentes rurales, de señores y humildes, de grandes historias de honor y venganza. Y también el Japón actual, el que iba subiéndose al carro del progreso y de la tecnología mientras se arrastraba hacia la guerra más funesta de su historia y resurgía por encima de los lamentos de la hecatombe, caminando hacia la modernización entre tradiciones milenarias, hundiéndose en las lacras y en las virtudes de la civilización occidental sin abandonar del todo sus costumbres ancestrales.
Analista y crítico consumado, Kurosawa era creador de cuentos con sabor tradicional y actual al mismo tiempo, siempre vigente. Cuentos que no tratan sobre príncipes azules, ni sobre princesas encerradas en castillos, ni sobre reinos hechizados… Sino sobre los grandes dilemas, los grandes errores, las más problemáticas encrucijadas en las que los seres humanos puedan hallarse. Cuentos con enseñanzas duras y certeras que dejan al descubierto el más descarnado interior humano.
En “El infierno del odio”, Kurosawa desarrolla unas apoteósicas artes para el cine negro, el género policíaco y el thriller, colocando a un fabricante de zapatos, accionista de una importante empresa, en un terrible atolladero que puede dar al traste con todo lo que ha conseguido con tanto esfuerzo, y que le coloca entre la espada y la pared, entre su conciencia y sus aspiraciones.
Con un ritmo, una fotografía y un estilo dignos del mejor film noir con la profundidad del maestro nipón, este drama arranca cargado de una tensión punzante y continúa por los vericuetos de un drama moral y policíaco que regala más de dos horas de sufrimiento, intriga, suspense, una exhaustiva investigación y pistas que van conduciendo hacia el crudo desenlace. Y, mientras tanto, toda una disección de esos sentimientos más ruines que suelen embargarnos, como la envidia, la ambición, la codicia, el egoísmo, la obsesión por lo que no tenemos, el pasar por encima de otros para conseguir los fines personales… Enfrentados también a sentimientos más nobles como la compasión y la integridad.
Intrigas de poder, rencores, un estudio sobre la caída de los poderosos, la indefensión ante el odio ajeno, las presiones que nos colocan ante las decisiones más difíciles, la influencia de la opinión pública, las abismales diferencias entre los distintos estratos sociales y la cerrazón entre clases, el derrumbamiento de lo que se ha construido, la amargura que fermenta y que deriva en ponzoña… Un tapiz muy completo que sitúa a un hombre en una situación crítica, y que arroja un análisis candente y apasionante sobre las grandes flaquezas, las vilezas, la desesperación y las dudas que pueden gestarse en cualquiera de nosotros si nos vemos en circunstancias similares.
Vivoleyendo
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