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Voto de Vivoleyendo:
9
Serie de TV. Drama. Romance Miniserie de TV (2006). 4 episodios. Adaptación del clásico de Charlotte Brontë. Después de una mísera niñez en un orfanato, Jane Eyre acepta un trabajo como institutriz de una vivaracha niña francesa en la aislada y sombría mansión de Thornfield Hall. Jane se enamora del señor Rochester, el inquietante señor de Thornfield. Poco a poco se gana su corazón, pero los oscuros secretos del pasado amenazarán su felicidad. (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2009
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las hermanas Brontë se criaron en los inclementes páramos de Yorkshire, en el ambiente austero y severo del hogar regido por su padre, un pastor protestante. El aislamiento de su infancia en aquel lugar solitario, la instrucción, las abundantes lecturas, la amenaza constante de la tuberculosis y la presencia de la muerte en las vidas de aquellas niñas, contribuyeron a gestar a tres de las escritoras inglesas de más fama mundial: Charlotte, Emily y Anne Brontë. Sobre todo Charlotte y Emily han recibido la aclamación universal por sus obras más conocidas y laureadas: "Jane Eyre" y "Cumbres borrascosas".
Muchas, yo más bien diría que todas las circunstancias de su niñez y de su juventud están presentes de una forma o de otra en sus obras cumbre. Esas atmósferas desangeladas, frías y grises pero cargadas a su vez de pasiones cálidas, ocultas y tormentosas. La dureza de los corazones, el con frecuencia inhóspito clima, los gélidos inviernos, las epidemias de tisis que diezmaban la población, la abismal diferencia entre ricos y pobres, la soledad opresiva... Ninguno de esos ingredientes faltó en el universo íntimo de las Brontë. Su padre era demasiado rígido y estricto, el sueldo de pastor no daba para holguras, y el miedo a contagiarse de la enfermedad de moda en el siglo XIX fueron los principales factores que las mantuvieron casi todo el tiempo enclaustradas, soñando con mundos distantes, recreándolos en sus escritos. Basándose en su desbocada imaginación, en su cerrado microcosmos y en lo que podían captar del exterior, reunieron los elementos suficientes para eclosionar en poetas y novelistas capaces de derrochar magia, misterio y romanticismo sin haber ido apenas más allá de su región de Yorkshire.
Jane Eyre a lo mejor es la mujer que Charlotte secretamente habría deseado ser. Un espíritu libre, voluntarioso y fuerte, como una golondrina errante que viaja buscando su acogedor Sur, que se abre paso sin poseer ni un penique, ni belleza, ni familia. Nada más que su determinación, su inteligencia, su sensatez y su inmenso corazón. Un corazón que soporta prueba tras prueba y que sin embargo permanece incólume, a la búsqueda de una felicidad que es cualquier cosa menos probable en medio de tantas desdichas... Pero Jane Eyre no tira la toalla. Va a buscar como sea su pedacito de felicidad, hasta encontrar el hogar que no ha tenido.
Charlotte en algunos aspectos fue más afortunada que su personaje. Y en otros no tanto. Y en algunos, se pueden hallar ciertas similitudes.
Le fue concedida la gracia de una familia que la quería y la acompañaba. A Jane, no. Charlotte era de salud débil. Jane era muy saludable, tanto mental como físicamente. Ambas eran pobres (la hija de un pastor con familia numerosa no contaba con abundantes recursos económicos). Las dos fueron mujeres observadoras, cultas y con habilidades artísticas. Ambas volaban con su imaginación. Y anhelaban lo que cualquier muchacha sensible anhela: la dulzura del amor. Su príncipe azul.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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