Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Servadac:
8
Terror Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el ... [+]
11 de septiembre de 2006
49 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Schreck no es un ogro verde, gordo y propenso a la aerofagia. Schreck es un vampiro demacrado, ridículo y temible. Las manos, el traje polvoriento y ajustado, el rostro hambriento de tan triste. Hay que verlo deambular por la ciudad con el ataúd bajo el brazo (conteniendo la tierra natal, que lo sustenta). Hay que sentirlo viajando por las aguas, en busca de ese cuello que acierte a liberarlo. La secuencia del coche fúnebre, que recoge al joven vendedor y lo lleva hasta el castillo del conde. Las imágenes aceleradas, los tintes de colores, la totalidad del viaje en barco. El uso de la sombra monstruosa (una licencia poética bien entendida, puesto que, como es sabido, los vampiros carecen de sombra y de reflejo). ¡Y la última cena! Con la cabeza hundida e impasible en la carne tierna de su víctima o amada. Ser inmortal también tiene su precio: el ansia y la anorexia; la eterna soledad. Y la ventana, imagen acabada de la cárcel. ¿Lo creerás, cinéfilo? Nosferatu apenas se defendió.
Servadac
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow