Grandiosa serie, que he tenido la suerte de ver ya después de hace un tiempo que vi Serenity.
Solo puedo decir alabanzas hacia ella, personajes que quieres conocer y que cada vez los adoras más, te ríes con ellos y realmente te sientes dentro de la nave.
14 capítulos es una cifra demasiado pequeña para lo que esta serie necesitaba, a cada capitulo menos que me quedaba por ver una tristeza me envolvía al pensar que se iba a acabar, esta serie es de la que hubiera querido que durara lo mas posible.

La cosa es que yo no era fan de lo que hacía Joss Whedon, había visto algunos capítulos de sus series pero no me enganchaban, hasta que vi un pequeño trailer de Serenity, que me atrajo y al ver la película me quede maravillado y al enterarme de que había serie ya no pude parar hasta ver Firefly, ojala no se hubiera cancelado, esta serie se merecía que la vieran el mayor numero de personas, espero que llegue boca a boca a mucha gente, nadie debería perderse esta obra maestra.
Siempre recordare a esa mecánica llamada Kaylee con esa voz tan reconfortante, al irónico Wash a los mandos, a Jayne que era el que con sus gestos me hacia reír a carcajadas, y como no al capitán Malcom una mezcla de todos ellos que nunca sabias hacia donde iba a tirar.


Y ahora otra cosa:
La cadena Fox no confió en ella, así es como emitió la serie con capítulos salteados: 2-3-6-7-8-4-5-9-10-14-1, y sino fuera poco la emitía a horas nocturnas, en momentos de emisión con partidos importantes de baseball y también cambiaba los horarios a voluntad cada día haciendo imposible seguirla, así como iba a conseguir audiencia, pero ni aún así pudo parar su gran calidad y el cariño de sus fans hacia la serie.

Una auténtica obra maestra de un gran director, que trata todas sus películas con una inusual crueldad y sin cortarse ni un pelo, en sus películas no hay cuentos de hadas, todo acaba chocando con una realidad brutal.
Esta película es un auténtico duelo interpretativo entre Sean Pean y Tim Robbins (que aquí esta totalmente perfecto) es fascinante lo que Eastwood hace con un trauma de la infancia, la manera de retratar al personaje frente a la sociedad y a sí mismo, no da tregua en este tema, todo lo que rodea al personaje de Robbins lo ve desde la perspectiva de lo que le sucedio y lo condena por eso, no da cuartel, esto es tremendo, le hace perder su humanidad desde ese suceso, es como si dejara de existir en ese momento mismo, toda la película es una condena, como para representar lo que sufre ese personaje, para decirnos lo que es un trauma, todo esto lo encierra entre una trama policíaca, pero no hace desaparecer ese sentimiento. Esta es una película dura a decir verdad durísima, que a mi me choco muchísimo y siempre que pienso en ella me doy cuenta de lo cruel que es.