En el original, el Titiritero / Puppet Master es un virus creado por la sección 6 de Japón para hacer contraespionaje internacional y poder obtener beneficio en cuestiones políticas. El propio virus se rebela a esta sección y se les va de madre, por lo que la sección 6 intenta contenerlo a toda costa (de hecho hasta el virus llega a pedir asilo político a la seccion 9). En ningún momento es un prototipo de cyborg fallido con el cerebro de un niño secuestrado como en esta película, que ni siquiera habla de espionaje ni refleja bien las tramas políticas del original.

Luego, el mensaje final: en el original, el virus llega a la reflexión de que él puede replicarse y extenderse en las redes y en ese sentido es inmortal, pero que en cualquier momento podrían llegar a aprender a eliminarlo como un antivirus o como sea. Comparándose con la raza humana, donde el fin como especie es reproducirse y morir para evolucionar, su objetivo final es ése. Él quiere fusionarse con la Mayor para evolucionar como código y sobrevivir en el tiempo. La película de 2017 obvia totalmente el porqué de que el virus quiera evolucionar, que es clave para dar sentido a la historia, y lo vende como "hey, fusionemonos porque los dos somos dos adolescentes secuestrados encerrados en cuerpos de cyborg". Para mí lamentable, porque la película original tiene una historia redonda y buena y estos cambios convierten en un mero blockbuster.

Para terminar, en el final de 2017 la protagonista se salva, sin más. En el original es Batou quien salva su cerebro, y Motoko Kusanagi se despierta en un cuerpo de niña que no es ni la propia Motoko ni el virus, sino la combinación de ambos.