¿Qué quieren qué les diga? Soy sevillano y me crié en esta bendita ciudad viviendo y padeciendo la Semana Santa año tras año. Por lo tanto pienso que la gente que soporta a diario esta ciudad sería la mejor capacitada para dar su opinión sobre una película que refleja una fiesta tan arraigada. Recuerdo que cuando se estrenó la película creó un ambiente raro entre los puritanos de la fiesta y las hermandades. Hubo críticas y comentarios para todos los gustos. Que si era un atentado contra la Semana Santa, que si destrozaba la imagen de Sevilla, que si era un sacrilegio el tratamiento que se hacía de las imágenes, etc. Para muchos, la película fue la culpable de los tumultos que se produjeron durante la madrugada en la Semana Santa no recuerdo si de ese año o del año siguiente. Noticia que desconozco si se hizo eco el resto de España y que hoy en día ha quedado convenientemente solapada y silenciada sin que ningún ciudadano de esta ciudad tenga información fiable de lo que ocurrió aquella famosa madrugá.
Vista hoy en día, después de tantos años, pasa por ser una película comercialoide para pasar el rato al estilo de los thrillers americanos y poco más. Me quedaría sin lugar a dudas con la fotografía y con las panorámicas de Sevilla, sobre todo de noche, aunque gran parte fue rodada en pueblos de alrededor.
Prueba de que la película ni es una crítica a la fiesta ni hiere la sensibilidad del espectador es que tan pronto como se estrenó y pasó su "boom" se dejó de hablar de ella, tanto es así que, por lo menos a mí, su visionado no proporciona más que indiferencia, ni rabia, ni ira, ni malestar, ni nada por el estilo. El marco incomparable de la ciudad y la ancestral fiesta de la Semana Santa sevillana podía haber dado muchísimo más juego para recrear una película inteligente y seria, y no basada en juegos de rol adolescentes. Pocos aciertos y algunas que otras imágenes que quieren buscar el impacto inmediato y nada más.
Por cierto, la traca final raya el paroxismo y el absurdo más absoluto. Estropea la película más si cabe.

No sé por qué, pero en ningún momento entré en la película, a los veinte minutos había desconenctado por completo. Una trama absurda, un guión sin pies ni cabeza, unos actores que no vocalizan (no se les entiende nada), y un embrollo de personajes sin sentido y sin motivación. Motivos suficientes, a mi entender, para justificar mi aburrimiento ante el visionado de la cinta. La lucha entre el bien y el mal, el cielo y el infierno, se ha mostrado en el cine hasta la saciedad, y de una forma muchísimo más acertada que la película que nos ocupa; una pena porque con los actores que contaba y la premisa de la historia, se podía haber logrado algo mejor. No me creo a Penélope Cruz de demonio ni tampoco me explico qué hace Victoria Abril con esa cara permanente de susto. García Bernal no sabe pronunciar y cada vez que aparece en la pantalla chirría todo. Ritmo tedioso hasta la desesperación que hace que la hora y media se conviertan en tres. Mucho reparto internacional y una promoción de lujo (la película empezó a anunciarse cuando todavía no estaba acabada, intercalando imágenes del rodaje en los telediarios) para mostrarnos vaciedad absoluta.

Comparo, no sé si injustamente, esta película con "En el ojo del huracán" por varios motivos, el director y el actor principal son los mismos y se estrenaron consecutivamente, primero ésta, luego la otra. En la comparación, aunque muchos no estén de acuerdo, sale perdiendo "En el ojo del huracán". "Double team", sin ser nada del otro mundo, y pasando por alto muchas cosas que ya se han comentado aquí como el insufrible Dennis Rodman y el archi retocado Mickey Rourke como malo de tebeo, es mejor divertimento que "En el ojo del huracán", y lo consigue precisamente por su estética demencial y su acción estúpida e imposible. Hoy por hoy, visto en lo que se han convertido las películas del belga, hay que ver ésta como una pequeña joya del cine de acción de otrora tiempos pasados de mejor bonanza.

No se debe olvidar que la película está basada en una obra literaria que desconozco. Algunos usuarios insinúan que quizás el libro esté mejor que la película, o se manifiesten matices que se pierden en el film. Estamos de acuerdo. Pese a este hecho (si conociéramos la novela quizás podríamos hablar con mayor conocimiento de causa) le damos una oportunidad al film. ¿Por qué? Sencillamente porque refleja una serie de pinceladas no siempre manifiestas ni evidentes que lo hacen interesante. Hay bajadas de ritmo, puede parecer aburrido, hay muchas cosas que no se entienden y un largo etcétera que ya han comentado muchos en estas críticas. En contrapartida se mezclan una serie de planteamientos: el amor gay, la fuerza del destino en los hechos que ocurren, la indefensión del hombre ante los acontecimientos, las relaciones de pareja, la obsesión, etc, que no suelen ser tocados en el cine con la rigurosidad que hace falta. Los actores, todos correctos, mención especial para Daniel Craig que suele simplemente con la mirada decir muchas cosas. Un consejo, no vean la película de forma superficial, intente meterse en la trama y averiguar que con los silencios y las miradas se pueden decir muchas más cosas que con verborrea absurda y ritmos frenéticos y estúpidos de cámara.

El estreno de este episodio I propició que un aluvión de cuarentones, entre los que me incluyo, acudiera a las salas de cine a revivir la fascinación de la anterior trilogía setentera. Era inevitable ante los primeros compases de la banda sonora de John Williams no revolverse de gozo en la butaca en la oscuridad de la sala rememorado tantos y tantos recuerdos cinéfilos. Ese regocijo pasó a la historia nada más transcurrir los primeros 20 minutos de esta película que ha conseguido lo que parecía imposible, echar por tierra una de las mejores sagas cinematográficas. Mi descontento al salir de la sala fue tal que me propuse no volver a ver ninguna de las restantes que se auguraban por estrenarse. Actores anodinos que no se creen su personaje, por decir que hasta los personajes infográficos están más creibles, unos diálogos de pena ruborizantes, una historia pesada y aburrida rayando lo infantiloide, unos malos sin ninguna enjundia, dejaban al descubierto el peor de los temores. La magia de antaño había desaparecido en virtud de una catarata agobiante de efectos visuales por ordenador cuyo único proposito es recrear y recrear criaturas para engordar el futuro merchandising y posibles juegos de ordenador, y para colmo sin imaginación ninguna al querer copiar la carrera de cuádrigas de Beh-hur.

Hoy, después de 11 años, he vuelto a ver la película en un ataque de locura y ha ocurrido una cosa curiosa, sigo pensando lo mismo que cuando la vi en el cine, pero le he dado una oportunidad y me ha dejado una puerta abierta a la esperanza, que quizás me haga ver los dos episodios restantes. ¿Y qué ha sido eso que ha hecho abrirse la puerta? No sabría decirlo, pero debe ser algo importante porque hasta Jar Jar Binks me ha parecido menos cargante. A lo mejor soy 11 años más viejo y me he vuelto más condescendiente. Antes le daba un cero, ahora por lo menos le pongo un 1.

Si alguien quiere fustigarse, que apague las luces de su salón, encienda el pantallón de turno y ponga este despropósito en el Blu-ray, quizás puedan sacar algo positivo entre el maremagnum de historias, literatura, secuelas, dibujos animados, sagas y más sagas, que ha propiciado este producto.