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Críticas de Víctor
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
Star Trek: La serie animada (ST:LSA) (Serie de TV)
SerieAnimación
Estados Unidos1973
5,5
250
Animación
7
23 de enero de 2016
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Star Trek en su día no triunfó tanto como hoy podemos esperar de una de las grandes sagas de la actualidad, pues empezó a consolidarse como franquicia tras la primera película de la saga en 1979. Antes de eso, la fama de la serie fue poco a poco en aumento con las reposiciones televisivas y entre tanto, Gene Roddenberry tomó las riendas de un proyecto animado para una serie de Star Trek, que la productora originalmente pretendía que tratara sobre jóvenes cadetes (incluyendo a un Spock) en la Academia espacial. Con esto, se dice que fue Roddenberry el que le dio la vuelta a esto e hizo una continuación de la serie original.

En cuanto a animaciones, teniendo en cuenta que son de principios de los 70, son decentes aunque hoy día puedan parecer algo desfasadas. Una cosa que cabría resaltar serían algunos coloreados en ciertos capítulos, pues el colorista era daltónico y confundía el gris con el rosa (y esto no es una broma). Por otra parte los guiones tienen un buen nivel - llegaron a cogerse algunos de los que se quedaron en el tintero de la serie original, ya fuera por presupuesto o por la cancelación prematura de la serie -, además de que salvo alguna excepción (Chejov, que fue sustituido por un teniente alienígena llamado Arek y alguno más), están todos los miembros de la tripulación original: Kirk, Spock, Uhura...

De hecho, y a pesar de un resultado aceptable, la serie fue considerada durante los años 80 y 90 (cuando se consolidó definitivamente el universo de Star Trek), fuera del canon, o en todo caso como "semi-canónica". Y eso porque tuvo capítulos que fueron bastante destacables y donde se narraban sucesos que se aceptaron como parte oficial de dicho universo, como puede ser el episodio relativo a la infancia de Spock. No obstante, en los últimos años parece que la serie se ha ido recuperando del olvido y vuelve a estar (o casi) dentro del canon, pues a decir verdad no hay mayores contradicciones con los sucesos anteriores o posteriores de la saga. Al contrario, aporta material bastante decente a la franquicia y complementa muy bien las aventuras de tripulación del capitán Kirk que quedaron sin contar de la misión original de cinco años. Otro ejemplo sería que, mientras que en un momento determinado de la Serie Original aparece citado el nombre del capitán Kirk como "James R. Kirk", luego oficialmente fue llamado de manera definitiva "James T. Kirk" (T de "Tiberius") y esto es un elemento que fue introducido por primera vez en esta serie animada.

En resumen, una buena serie que sería más fácil de apreciar en su contexto, pero que aún así es bastante interesante, con buenos guiones y aunque con una animación muy simple, cumple muy decentemente como continuación de los viajes de la tripulación del Enterprise, aunque fuera animada y destinada a un público joven.
Víctor
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8
23 de enero de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de las series que marcaron un antes y un después no sólo en la televisión, sino en la ciencia ficción. Es cierto que los años pueden pasar factura, sobre todo a producciones televisivas de esta época que requerían de efectos especiales para parecer creíbles y que no tenían un presupuesto muy destacable, pero sin duda hay que saber apreciar lo que, con sus virtudes y defectos, no es una simple "joyita", si no una de las joyas de la corona de la ciencia-ficción, con todas las letras.

Los argumentos, muy inspirados en la ciencia-ficción clásica, muestran un gran tino en las temáticas que abordan, sin duda en gran medida por culpa del genial Gene Roddenberry. Aunque haya capítulos más flojos (y vaya si los hay), otros alcanzan un nivel muy, muy alto. A la altura de que seguramente estén entre los mejores episodios de la historia del género, en global. Y siempre acompañados con la memorable intro, con la voz en "off" del capitán Kirk, seguida del también genial tema musical de la serie.

Así, en la serie se nos muestran los problemas a los que se enfrenta la Enterprise con una mentalidad realista y científica, a veces de cara a nuestra naturaleza como especie y otras a nuestra manera de relacionarnos con lo desconocido y con nuestros semejantes, con justificaciones del guión realmente logradas en un entorno como el que nos proponen. Son problemas que además de plantearse el ser humano hoy día (y en el pasado) con otras formas, entran perfectamente dentro de las problemáticas que podrían surgir cuando el ser humano se lance a la conquista del espacio.
En cuanto personajes, es otro de los puntos fuertes de la serie. Cada personaje tiene una personalidad propia y coherente consigo misma, que contribuyen al desarrollo de los capítulos y a dotar de identidad a la serie. Está el guapo e ingenioso capitán Kirk; el lógico y (casi)impasible primer oficial, el Sr. Spock; el hábil comandante Hikaru Sulu; el leal y testarudo Doctor McCoy; la responsable de comunicaciones Uhura, el joven Chejov (a partir de la 2da temporada) y el ingeniero Scott... todos tienen un encanto logrado que hace que les tomemos un cariño individualizado, además de como tripulación del Enterprise. Y ninguno sobra. A pesar de que haya unos con mayor peso que otros, todos juegan su papel y destacan en distintos momentos.

Pero la verdad uno piensa en valorar algo de ciencia-ficción, se pone a hacer comparaciones. Tiene que pensar inevitablemente en otra de las grandes sagas galácticas que nos han dado los medios audiovisuales: La Guerra de las Galaxias (que suena más castizo que Star Wars), que es la más "firme rival" Star Trek (esta última, con una fama mucho menos mediática fuera de los Estados Unidos) y que ha llevado a los seguidores de ambas sagas a eternos debates en la eterna discusión de qué franquicia alcanza más altas cotas de genialidad.
No obstante, una vez que uno se sumerge en el universo Star Trek, se da cuenta de la realidad: Star Wars puede compararse más con 'El Señor de los Anillos' que con Star Trek. Star Wars es una historia épica dentro de un escenario espacial. Star Trek, por su parte, es una ciencia-ficción donde la "ciencia" suele tener un mayor peso sobre la ficción que en otras ocasiones. Apenas unos cientos de años en el futuro.
Y es que ninguna es mejor que la otra, las dos son historias enfocadas de manera completamente distinta, cuyo nexo es el espacio como telón de fondo de la historia. De hecho y según comentan, Willow iba a ser inicialmente una space-opera, pero debido al enorme parecido a Star Wars, George Lucas decidió darle una ambientación medieval y fantástica para diferenciarla... y con un resultado bastante bueno, todo hay que decirlo.
Y es que si a Star Wars le quitamos los rayos láser, las naves espaciales y los alienígenas y ponemos en su lugar espadas, caballos y elfos, podríamos tener un resultado muy cercano a cualquier historia de espada y brujería, cosa que con Star Trek sería mucho más complicado porque enfoca su historia a la ciencia-ficción en un sentido más estricto. Y cabe decir que esto de ninguna manera es un punto en contra de La Guerra de las Galaxias, pues ha aportado tanto al género como la susodicha Star Trek, sólo que en otro registro, contando otra clase de historia.

Hoy día podemos ver como se abre las puertas automáticas del Enterprise como si nada, hasta que caemos que en los años 60 no eran elementos comunes y que ellos fueron de los primeros en mostrar en televisión futuribles ingenios tecnológicos que luego se hicieron realidad, como los comunicadores o ciertos aparatos médicos. Todo eso fruto de un trabajo serio y documentado para que la ambientación resultara creíble, y no sólo para el público de los 60 (que además era muy conservador por lo general y Star Trek, aunque se adaptaba a las estructuras morales de la época sin ser demasiado contestataria, supuso más de una vez una transgresión, como el beso entre Kirk y Uhura, que fue el primero que se vio entre un blanco y una negra en la historia de la televisión yanqui). Así, la mayoría de las tramas siguen funcionando hoy día, y los efectos especiales fueron remasterizados, pero sin alterar el material original en sobremanera (cosa que sí que hizo otra saga galáctica...).

Estamos ante una obra maestra de la ciencia-ficción, que a pesar de su moderado éxito original, a la postre daría pie a una de las sagas más seguidas y prolíficas de todo los tiempos, además de enriquecer al género y hacerlo respetable ante ojos de gente que antes lo veía como algo poco serio o con guiones poco maduros.
En definitiva: Imprescindible para quien adore la ciencia-ficción o sea un cine-seriéfilo compulsivo, ya que si esta te engancha, tienes una larga, larga lista de películas y series que ver sobre el universo Star Trek, que te dejarán sin vida social hasta que seas todo un trekkie y vayas por ahí diciendo "Larga vida y prosperidad".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor
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7
24 de enero de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del bajón de la última entrega, la saga volvió a ponerse las pilas y nos dejaron la entrega final de las aventuras de la clásica tripulación del Enterprise, más de veinte años después del final de la Serie Original. Aquí el nivel vuelve a subir, recordando de nuevo a lo mejor que tiene la franquicia.

La idea es simple: La caída del telón de acero que acababa de suceder con el final de Guerra Fría en la realidad, pero trasladado al escenario de Star Trek, siendo el Imperio Klingon (ejem, ejem...) la URSS. Y claro, la democrática y pacífica Federación eran los Estados Unidos.
Con esto, la película consigue hacerse interesante. Estamos ante un evento importante en el universo Star Trek. Después de tanto años, tantos enfrentamiento y peleas, parece ser que el Imperio Klingon va a abrirse a la galaxia y confraternizar con el resto de especies, en lugar de guerrear contra ellas (cosa que hace aún más ofensiva la comparación con la ex-Unión Soviética, ya que de haber un país que usa la guerra como instrumento, esos son los Estados Unidos), algo a lo que no todos están dispuestos por su arraigada desconfianza en los klingon.

Los efectos especiales vuelven a destacar (incluso más) en esta cinta de la saga, que al igual que el resto de sus aspectos artísticos, están sumamente cuidados (maquillaje de los personajes, vestuario, música...) y en las interpretaciones, la tónica de siempre: unas mejores que otras. A William Shatner se le bajan un poquito los humos y vuelve a parecer de nuevo el clásico capitán Kirk, no un rudo y simple cowboy espacial.

El desarrollo de la cinta, dentro de este escenario que hemos relatado de conspiraciones, intrigas, asesinatos y por supuesto la aventura de los protagonistas por sacar a relucir la verdad, dejan una cinta de Star Trek más que digna con la que disfrutar y ponerle el broche a la saga clásica, pasando el testigo a "La Nueva Generación" y su historia. Además, lo mediocre de la cinta anterior, hace sea mucho más fácil apreciar esta como punto y final a las aventuras clásicas de Kirk y su tripulación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor
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5
23 de enero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente la peor de la saga. Es mejor empezar así porque aunque tampoco sea una secuela con la que tirarse de los pelos, el argumento a veces, detrás de toda la metafísica, es vacuo. Otras partes de él, en cambio, son interesantes a su manera, especialmente la comparativa (que siempre estuvo de manera velada en Star Trek) entre los exploradores que un día se lanzaron al descubrimiento de nuevas tierras (durante prácticamente toda la Edad Moderna y Contemporánea) y los futuros exploradores del espacio, como símbolo de la ambición (sana o no) de nuestra especie, ya sea por cuestiones puramente materiales de conquista y expolio, o de otra clase (pura curiosidad humana, las ganas de conocer, de traspasar las fronteras que se les imponen).

Artísticamente volvemos a tener un trabajo a la altura de la saga: efectos especiales logrados, música manteniendo ese ambiente propio de Star Trek, las interpretaciones... una mejores que otras. A William Shatner se le sube un poco a la cabeza no sólo ser el director, sino el capitán Kirk, y su personaje cada película parece más un Chuck Norris del futuro, que el capitán original de la serie que tanta confianza desprendía al dar las órdenes en el puente de mando del Enterprise. No por lo duro que era, que a veces también, sino sobre todo por sus dotes de mando y sacrificio.

A ratos la película te hace pasar por el aro, pero en otros momentos también te hace dudar si no le habrán dado el guión a un pastor evangélico para que lo revisara (en todo momento también hay una discusión teológica transversal al resto de asuntos). Al final, esta es de todas las películas, la que más se parece a un capítulo largo de la serie (y no de los mejores). William Shatner no alcanza a su compañero de reparto Leonard Nimoy en cuanto a dirección, dejándonos una cinta que se deja ver pero más bien creo que a pesar de Shatner y no gracias a él. Poco más que una mera distracción si no eres fan de Star Trek.

No obstante tiene algunos pros que le hacen ser más digerible, como su enfoque hacia el entretenimiento detrás de tanta metafísica, cosa que suple otros problemas; unos personajes principales a los que ya le hemos cogido cariño y un par de elementos más que puede que nos levanten curiosidad, esa curiosidad humana para animarnos a ver "La Última Frontera" si Star Trek te está enganchando.
Víctor
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8
17 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha pasado casi un siglo desde aquella misión de exploración de cinco años que nos mostrara la Serie Original de Star Trek, con el capitán Kirk al mando de la clásica tripulación de la nave Enterprise y setenta años desde lo que sucediera en los eventos de la sexta y última película de la saga original “Star Trek VI: Aquél país desconocido”. Ahora (año 2.363, según la serie) y tal y como vimos en esa última aventura cinematográfica, los klingon son aliados de la Federación y la principal amenaza son los Cardasianos y, sobre todo, los Romulanos.

Tenemos personajes nuevos, frescos, pero que recuperan la esencia de la original; y eso que estar a la altura de la tripulación clásica no era tarea fácil. Pronto se le coge cariño a esta nueva tripulación – aunque ya cada uno pueda preferir una u otra –, desde el excelente Jean-Luc Picard (fantásticamente encarnado por el actor Patrick Stewart) dándole vida a un capitán con un talante y aptitudes muy diferentes a las de Kirk, hasta el androide Data, pasando por la consejera Deanna Troi, el primer oficial Riker o el rudo pero benévolo klingon Worf, entre muchos otros, incluyendo unos secundarios recurrentes muy bien insertados. Y lo mismo pasa con los villanos, algunos clásicos y otros nuevos, destacando en este último grupo el temible colectivo Borg. En cuanto a lo más clásico, vemos personajes familiares con aparición en algunos capítulos, como Hikaru Sulu, Scotty, el mítico Spock o su padre, el diplomático Sarek. Se hace homenajeando la original, pero sin caer en la necesidad de la referencia constante. Esta nueva Star Trek, aunque manteniendo los fundamentos clásicos, anda su propio camino y se vale de sí misma para convertirse también en una imprescindible de la ciencia-ficción por méritos propios.

Por suerte, aquí no hubo tantas limitaciones como en los sesenta (ni a nivel presupuestario, ni ético-político) y eso dio a una edad dorada para la franquicia Star Trek, volviendo a su formato original y esta vez pudiendo atreverse con lo que la clásica no pudo. La dosis de “ciencia” está bien equilibrada con la de “ficción”, con referencias y conceptos científicos gracias a un buen esfuerzo documental como ya lo hiciera su predecesora y con un resultado igual de satisfactorio. Aún así, este esfuerzo por cierto realismo (que tampoco es tanto después de todo, pues Star Trek también tiene un toque fantasioso que es parte intrínseca de la franquicia y que viene heredado de la ciencia-ficción clásica, como Flash Gordon o John Carter); no quiere decir que no haya un gran despliegue de medios, sino todo lo contrario.
En esta misma línea, cabría decir que los efectos especiales cumplen más que de sobra, apreciándose mucho la mejora técnica entre esta y la serie original, incluyendo la mezcla de maquetas y otros efectos artesanales con las técnicas digitales que se empezaban a abrir paso. Puede que haya algunos efectos que hoy día hayan envejecido no del todo bien (sobre todo parte del CGI dado los avances en este campo de los que disfrutamos hoy día), pero habría que tener muy mala uva para calificarlo como un defecto. Por el contrario supusieron todo un hito para tratarse de una serie de televisión que se estrenó, no lo olvidemos, en 1987. Incluso antes de que la saga clásica concluyera en el cine. Otros aspectos que destacan y que podemos mencionar son los decorados o el espléndido maquillaje, fruto de un apartado artístico muy cuidado y trabajado como ya es costumbre en la franquicia. También tenemos una banda sonora a la altura, con una mención especial al tema principal que introduce la serie, que cumplen tan bien como en la original dándonos ese soniquete introductorio.

Y es que siete temporadas dan para mucho y aun manteniendo esa línea de exploración y diplomacia propia de Star Trek, volvemos a tener historias de todo tipo: desde algunas con más acción y épica como “Lo Mejor de Ambos Mundos”, a otros más volcados en el thriller político como “Unificación” o “Redención”, pasando por episodios distendidos y autoconclusivos, pero que se emplean bien en profundizar no sólo en los personajes, sino en todo lo que rodea el universo de Star Trek por medio de historias de lo más diversas, como es tradicional, con ese toque tan auténtico y genuino. Así se llegan a abarcar temas tales como la xenofobia, los choques culturales, la sexualidad, la intervención en otros mundos ajenos a la vida galáctica (la famosa "Primera Normativa") o la búsqueda vital que nos da lugar en el universo, como ocurre en el caso del androide Data, que como en otras grandes obras de ciencia-ficción, nos hace plantearnos cuestiones de gran calado existencial en torno al limite de la inteligencia articial y la vida tal y como la entendemos.

En definitiva, la continuación que merecía Star Trek. Una secuela y relevo totalmente a la altura y según mi criterio, muy merecedora del estatus de joya de la ciencia-ficción que muchos le otorgan junto a la Serie Original. Esta nueva tripulación de la nave Enterprise también acabaría dando el salto a la gran pantalla con cuatro películas que continuarían la historia de estos personajes, concluyendo con "Star Trek: Nemesis". Y para quien aún quisiera más, ahí están sus series spin-offs: “Espacio Profundo 9” y “Voyager” que continúan la historia de la Federación en este mismo periodo desde perspectivas diferentes y en paralelo a las películas.

Gracias Gene Roddenberry.
Víctor
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