Una película en euskera, con protagonistas de la tercera edad y que trata la homosexualidad femenina es ante todo una película valiente. Sólo por eso se merece una matrícula de honor. Pero es que además la peli está muy bien. Una bonita y tierna película.

Como vasca y euskaldun me he sentido aliviada al verla. Decía el crítico de Berria (el único periódico en euskera) que ésta película suponía un soplo de aire fresco en nuestra pobre, pobrísima, cinematografía. Estoy de acuerdo. Es una película atrevida, original, fresca, emotiva y con mensaje. El guión tiene unos giros preciosos. Atentos a la secuencia en la isla de la concha.

Sorprenden los actores televisivos Aizpuru y Argoitia junto con la inexperta Pagoaga en el papel de la profesora de piano. Los personajes desprenden mucha verdad. Son muy vascos, aunque creo que la historia es universal y funcionaría igual de bien fuera de Euskadi. Se la recomiendo a todo el mundo. Yo salí encantada.

No soy muy fan de Imanol Arias. Pero tengo que decir que en esta película su interpretación me conmueve. Creo que es sin duda su mejor trabajo y uno de los mejores de Imanol Uribe que con este trabajo fimo una de las obras cumbre de la cinematografía vasca.

Recuerdo a verla visto de chavala en el cine Miramar de San Sebastián. No entendí mucho la película, me aburrí, pero se olía que era una película importante, había algo en el ambiente. Por eso fuimos las amigas a verla. Unos años más tarde, no muchos, en la época de la uni, la volví a ver y me gusto mucho. Pero cuando más la he disfrutado es ahora. Hace poco la volvieron a echar en la ETB y me encantó. Creo que la lucha del hombre con su entorno, con su condición, no tienen parangón. Muy recomendable a pesar de los años que han pasado. Una de esas películas que no envejecen y que quedarán como fiel reflejo de una época y una gente. Obligado revisionarla.