Mucho tiempo después de haber visto Mi Idaho Privado de Gus Van Sant (una de mis películas favoritas) tuve la gran suerte de toparme de madrugada con esta pequeña maravilla.
La película nos cuenta la historia de un grupo de adolescentes fugitivos que tratan de sobrevivir en las calles de Los Ángeles. Drogas, prostitución, violencia... todo representa una amenaza para los menores, que sin embargo, prefieren la vida en la calle antes que volver con sus familias. El film comienza cuando King (Dermot Mulroney) sale de prisión y regresa con su “familia” de la calle, un grupo de jóvenes con los que vive.
Lo mejor sin duda son los jovencísimos actores, entre ellos Sean Astin (que interpreta al personaje de Greg) está sencillamente maravilloso, nada que envidiar a River Phoenix, ni a Keanu Reeves. Fantástico también Dermot Mulroney, que ganó en el Festival Internacional de Seattle el premio al mejor actor por Where the Day Takes You.
Es una película que no te dejara indiferente, nos regala momentos de reflexión y consigue que tiempo después de haberla visto sigas pensando en ella. Muy recomendable para todo aquel que le guste el cine independiente.

Todo en esta película, exceptuando el maquillaje, es magnífico: la fotografía, la banda sonora, la dirección (parece más propia de Eastwood que de Ang Lee), el guión, los actores, etc. Pero en mi humilde opinión, lo que hace que esta película sea una obra maestra es la interpretación de Heath Ledger. Es de Oscar. Cada palabra, cada gesto pone los pelos de punta, él solo llena la pantalla con un personaje atormentado que esconde sus sentimientos porque nadie, ni si quiera él mismo es capaz de aceptar. Es una isla en medio del mar (eso significa Ennis del Mar).

Los diálogos breves, los gestos (la boca fruncida, la cabeza gacha), las miradas, la manera de caminar, los silencios, el acento, el tono de voz (solo apreciable en la versión original), toda una exhibición de talento que me dejó con la boca abierta.

Siempre recordaré a Heath Ledger por el personaje de Ennis del Mar.