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España España · Palma de Gandia
Críticas de XiMeT
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
6
16 de febrero de 2009
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La había visto 3 o 4 veces y me la sabía bastante bien. Ah, era la historia de mi vida. ¿Quién más se la iba a tragar así? Pero en realidad no estaba pensada para que se refiriese a mí. Yo sólo quería mostrar qué vidas tan extrañas y desesperadas viven algunos borrachos, y yo era el borracho que conocía mejor."
Charles Bukowski, Hollywood.

La nostalgia pudo con el genio. Formó parte del engranaje y fue espectador de ese homenaje a sí mismo y a la parada de los monstruos que ocupó gran parte de su vida. Y así, como una burla, casi irónicamente, Bukowski, ese detractor del séptimo arte, se encontró de pronto empachado de morriña y añoranza. De una manera que quizá ni él alcanzaría a entender se vio a sí mismo en Jack Bled... digo, en Mickey Rourke. Volvió a sentir el sabor de los perdedores y se embriagó de algo más que alcohol: de recuerdos. Recuerdos que son más traicioneros que las putas pregonando secretos.
Yo no reconocí a Henry Chinaski en Rourke. No vi ese vagabundo de sangre azul, el poeta de la bilis. No me removieron las palabras aún habiendo sido ametralladas sobre el papel por la máquina de escribir del mismo Bukowski (quién sabe si básicamente como mofa). En todo caso no sentí su pulso sobre ellas. No reconocí los bares. Pero era de obligada visión, y tampoco puedo, ni me viene en gana, ser demasiado objetivo.

Sin más, ¿qué mejor que un poco de su prosa en "Hollywood"? Aquí abajo, en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
XiMeT
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7
28 de enero de 2008
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jekyll es una vuelta de tuerca del clásico de Stevenson. No es ni una revisión ni una reinvención, ojo. En cierta manera forma parte del mítico relato del grandérrimo escocés; se podría decir que éste pasa por ser la premisa de la serie. La cosa promete, y más tras el visionado del capítulo piloto, que remonta un inicio titubeante y se acaba erigiendo como un Señor Capítulo. El guión se va hilvanando, como cabía esperar, con la metáfora del conflicto de la dualidad humana -el bien y el mal, el yin y el yang-, amén de jugar y manosear con conceptos nietzscheanos. A este interesante planteamiento cabe sumarle una buena puesta en escena, una brutal fotografía, el ritmo adecuado y un impresionante Nesbitt en el cuerpo de ese auténtico y arrollador personaje que es Hyde: el monstruo, el vacilón, el anti-héroe. Los personajes secundarios sugieren y prometen, y la historia camina firme entre el drama y lo cómico, la violencia y la intriga; intriga que va fluyendo a lo largo del capítulo con amagos que se comprometen a llevarnos por interesantes pesquisas. La duración de la serie (tan sólo seis capítulos tiene la primera temporada), y un capítulo piloto sobrio y firme, nos hace esperar una historia sin medias tintas. Bien atada. Por fin. Sientes ese cosquilleo en el estomago de estar ante algo grande.
Pero es entonces cuando la Dualidad con la que juegan parece escaparse e infectarlo todo. Y así nos la encontramos, como una ironía, en diversos campos de la obra: el personaje de James Nesbitt sosteniendo la serie frente a unos secundarios tan llanos que asombra, sólo sugeridos, inverosímiles, y a los que a veces se les quiere cargar un importancia que no es creíble y que les rebasa; alternancia desconcertante entre momentos gloriosos y otros ridículos; unos pocos capítulos buenos, unos pocos capítulos malos; una historia que por momentos se sugiere brillante y por otros no hay por dónde cogerla; situaciones acojonantes que son pisadas por otras que las suceden; un tempo descontrolado, por momentos adecuado, por momentos lento y aburrido o dinámico y confuso.
Más que altibajos de calidad (que lo son) estos contras parecen fruto de desdoblamientos de personalidad al más puro estilo de Tom Jackman. Habría que estudiar a los responsables.

En términos generales, pues, se queda en eso: una serie muy irregular que en cierta manera peca de aquello que analiza. Como si la Dualidad hubiese jugado una mala pasada a una serie que quiso pasarse de lista con ella. Una broma.
Todo queda en un cuento que gusta leer, pero tiene las letras corridas y las solapas manchadas. Y por supuesto no queda bien en el estante.
Una gran idea, un mal desarrollo. Ella de nuevo.

Y aún así un siete. Quizá me encariñé demasiado con Hyde. Siempre hay un Hyde.
Habrá que esperar la segunda temporada, si la hay.
XiMeT
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5
28 de enero de 2008
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bizarrada del mismísimo tamaño que el miembro de Dikke Lul. Una patada en la boca que te quita el conocimiento y a duras penas deja entrever tus propios dientes saltando entre sangre, pus y saliva. Esta película es una obsesión de cien minutos; por cada fotograma es un cabezazo contra la pared. La ambición por rebasar, o incluso reinventar, lo políticamente incorrecto, lo transgresor y, sobretodo, lo desagradable. Y entonces llega ese momento: te ríes. Entre escenas de violaciones, paranoias, fobias varias, violencia de género y asesinatos no se te ocurre otra cosa que reírles la gracia. Dios, ¿cómo puedo ser tan miserable y por qué no puedo parar de reír?
No sé en qué momento di por hecho que ya lo tenía todo visto ¡Qué sinopsis tan sugerente!, pensé. Me relajé, me confié y Ex Drummer me pasó por encima. La música de Mogwai jamás me volverá a sonar igual después de mecerse entre cortes de la película. Ex Drummer me ha hecho olvidar los besos que di con "Killing All The Flies", gracias. Me ha hecho olvidar la poesía. Me sabe a demente. La cinta pretende llevar tan al extremo la repugnancia, lo incómodo, lo chocante, lo molesto, lo asqueroso y los sinónimos que me pueda dejar por el camino, que, justo cuando piensas que en su obcecación ciega todo va a quedar en un salto al vacío ridículo, te das cuenta de que a fuerza de empeño lo han conseguido: una auténtica loa a lo desagradable. Un film que te hace bailar y que te va empujando a trompazos entre la agonía más absoluta y la carcajada más escandalosa. Entre espacios de a cuatro fotogramas y cinco palabras. Y una carga de culpabilidad en cada risotada.
Lástima que para un final realmente glorioso uno ya esté tan desquiciado que le sea prácticamente inviable disfrutarlo y, en cierta manera, asimilarlo.

Le pongo un cinco como le podría haber puesto un dos o un ocho. Conmigo no se juega.
Y luego me dicen, "Pero qué coño... no me ha quedado claro, ¿nos la estás recomendando o estás echándole mierda?".
Yo qué sé.
Allá tú.
Sólo una advertencia: no verla con una monumental resaca.
Yo ya me he desecho de ella.
XiMeT
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1
27 de enero de 2008
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trato de recordar cuándo llegó este film a estos lares. Imagino que allá por el 92 o 93, en el cenit de aquel genuino y entrañable "boom" de Dragon Ball que azotaba medio país y medio mundo. El caso es que, como muchos de los que por aquí cuentan, cierto día nos encontramos con esta cinta en un lugar privilegiado de nuestro vídeo-club habitual, con un precio que oscilaba entre las dos mil y las tres mil pesetas si mal no recuerdo. No nos lo podíamos creer: una película de Dragon Ball con actores reales. Ni la rubia del cole nos la ponía tan dura. Ni que decir tiene que a tan tierna edad (soy del 83 si no me han mentido) nuestra paga y los cinco duros que nos daba la abuela cada domingo no eran suficientes para hacernos con tal fetiche. Así que entre algunos colegas decidimos, como ya hicieron en una serie de dibujos para conseguir el número 1 del Hombre Radioactivo, juntar nuestro capital para hacernos con esta obra de culto. Por supuesto cada uno de nosotros conspiró por su cuenta para ser dueño y señor absoluto de la cinta. Aunque nunca nadie lo confesó. Por suerte o por desgracia mi madre no accedió a darme la pasta y me tuve que rendir a la custodia compartida. Mangoneamos para llegar a la cifra, durante varias semanas tuvimos que robar los gusanitos en un intento desesperado por ahorrar, y entre tanto alguien nos arrancaba la ilusión adelantándose y comprando el único ejemplar de la película. Nos mordimos los labios y se nos empañaron los ojos. Fueron meses lo que esperamos, que se me antojaron décadas, hasta que llegaron las prometidas copias de alquiler.
Años más tarde nació una televisión local, y no se les ocurrió otra cosa que usar esta película para las emisiones de prueba. Así pues, en el número once del televisor, podíamos ver una vez tras otra esta simpática y valiente aberración. Y vuelta a empezar, y vuelta. Fantástico. Un fantástico y descojonante bucle 24 horas al día. Alguien aseguró que aquel mamón o mamona que se quedó la mítica y única copia que estuvo a la venta quiso amortizarlo. Nadie le explico que dos mil pesetas gastadas en eso nunca se llagan a amortizar, que te pesan para siempre en la conciencia.

Si bien de algo me ha servido esta película es para aventurarme a hacer mi primera crítica por aquí, aunque paradójicamente no haya comentado absolutamente nada de ella en sí. Tampoco creo que haga falta ni sea interesante. Cualquier día, en buena compañía, con birra y otros anestésicos envueltos en papel de fumar, volvemos a tirar 90 minutos de nuestra vida a la basura. Seguro.
XiMeT
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10
10 de marzo de 2009
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pensaba escoger un adjetivo, sólo uno, de entre infinitos y elogiosos, para empezar a hablar sobre esta película. Pero la tarea me viene grande. Quizás Increíble abarca la magnitud suficiente para definirla, mas se me antoja demasiado recurrente para calificar una obra única como la que nos ocupa. Había pensado en Soberbia, que llena la boca y tiene, al mismo tiempo, ese deje majestuoso que va como anillo al dedo al film. He barajado también entre diversos vocablos tales como Magia, Seducción o Eternidad, palabras que suelen ir de la mano de los más grandes y trascendentales momentos cinematográficos y que perfectamente harían justicia complementándola; no en vano, “El gabinete del doctor Caligari” es una de las cumbres del Séptimo Arte. Pero nada. Me es imposible decantarme por una sola.
Así que sin más, vista mi incompetencia para la tonta tarea que yo mismo me había encomendado, sólo me nace empezar con un suspiro y la piel de gallina:

Uf…

De esta cinta se podrían abordar muchos aspectos, desde la puesta en escena hasta la historia en sí, y profundizar en cualquiera de ellos nos empujaría al incuestionable honor de rendirnos a sus pies. En las críticas que me preceden se ha hablado mucho y muy bien sobre sus virtudes: los decorados expresionistas, los juegos de sombras, la atmósfera inquietante, los métodos narrativos e incluso el trasfondo político y otras tantas cualidades que empapan su metraje —un servidor añadiría las teatrales actuaciones, supuestamente obsoletas pero tan expresionistas como sus decorados. Todo ello, perfectamente calzado, contribuye en su justa medida a erigirla como obra culmen e impar. Y sobre esto, decía, poco o nada puedo aportar yo.
Pero si hay una cosa en la que me gustaría hacer hincapié, algo que me llama la atención de sobremanera, es su intemporalidad. Los años resbalan sobre fotogramas impermeables a cualquier desgaste. Es algo encomiable. Es fascinante. (…)

Siendo quisquilloso, por pura y sincera veneración, he de decir que el empleo de distintos tintes no acaba de ser de mi agrado. No sé si se usó con una motivación meramente estética o si bien tenía algún fin narrativo o simbólico*. Siendo así no le veo el qué.
Otro punto a rescatar es la música que se le ha adjudicado, parece, oficialmente. Una composición de corte jazzística; un batiburrillo con bajos, guitarras eléctricas e incluso sintes, empeñada en resaltar la acción hasta la saciedad. No convence. Tiene algún buen pasaje y, se dice, conserva trazas de la partitura original, pero no se adapta al clima visual gestado en el filme. Podría pasar como homenaje contemporáneo. Como complemento en todo caso. Pero de ninguna manera convertirse, per se, en la música que por cojones va a escuchar el espectador en el visionado de la versión oficial.

En definitiva, una película que se erige como Única pero que ha trascendido e influenciado de una manera más que notable a todo el cine posterior.

Una jodida obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
XiMeT
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