La gata en la terraza (1969)

Pequeño clásico del terror y fantástico de los años 60 que al parecer sirvió de inspiración a "Las garras del infierno" ("The Uncanny", 1977).

Uno de sus principales atractivos es el estupendo reparto, con Michael Sarrazin (no os perdáis su angustiosa cinta de suspense "La Reencarnación de Peter Proud") y la siempre versátil Eleanor Parker, aquí da vida a una desvalida señora con una enfermedad en los pulmones y que ha de usar silla de ruedas. Por cierto, al respecto, hay una escena muy memorable que ya habréis podido ver por internet en la que ella pierde el control de la silla:

https://www.youtube.com/watch?v=4JGfjbdkPQI

Los personajes, en especial el de Sarrazin, llamado aquí Wylie (sobrino de Tía Danny, que es Eleanor Parker) resultan carismáticos. Wylie padece ailurofobia, que no es otra cosa que miedo y aversión hacia los gatos. Eso lo complica todo, porque la casa de su tía a la que le quiere robar y quedarse con su herencia, está llena de estos 'entrañables' felinos, los cuales, adquieren otro significado para él; es más, a medida que avanza la trama, van adquiriendo un carácter más siniestro y violento.

Este aspecto, añadido a los enfoques, la música y otros elementos, acercan al inquietante thriller un poco más al terror. Es más, diría que recuerda por estos y otros motivos como la época en que fue rodada y en la estética a los films del maestro Alfred Hitchcock. Recomendable, sin duda.

Buena película de intriga con gran suspense, pequeña joya del cine, modesta en su concepción pero que viéndola te das cuenta de que, con un poquito más de enjundia narrativa, habría podido ser una obra magna.
Con todo, es muy interesante y entretenida, beneficiándose de un buen guión, con tres o cuatro escenas llenas de tensión y dramatismo, alguna de ellas que ya han pasado a la historia del cine. Aunque tampoco le falte un malvado sentido del humor.
Quizás le falla el final, un tanto soso, al menos en la versión que yo he visto. Y es que a tanta angustia e incertidumbre argumental, no le corresponde su bastante tibia conclusión.
Gran presencia de la siempre bellísima Gayle Hunnicut y "entrañables" escenas con los gatos de protagonistas, aquí dando bastante yuyu, gracias la brillante puesta de escena y la magna banda sonora del gran Lalo Schifrin.
Mejorable sí, pero destacable y de grata visión.

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