Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- La apacible pero anodina vida de Francesca Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida nacerá entre ellos. (FILMAFFINITY)
- Género
- Romance Drama Drama romántico Vida rural (Norteamérica) Melodrama Fotografía
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1995 / Estados Unidos
- Título original:
- The Bridges of Madison County
- Duración
- 135 min.
- Guion
- Música
Premios
1995: Nominada al Oscar: Mejor actriz (Meryl Streep)
1995: 2 nominaciones al Globo de Oro: Película drama, actriz drama (Meryl Streep)
1995: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a mejor actriz (Meryl Streep)
1995: Premios César: Nominada a mejor película extranjera
1995: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actriz (Meryl Streep)
Hay tanta belleza...
11 de marzo de 2006
Magistral. Preciosa. Inolvidable. La mejor de su género sin dudas.
Las apariencias engañan... me había resistido a verla pensando que era un dramón empalagoso, de los que te arrancan la lágrima fácil utilizando sensiblería barata y transcurridos un par de días te olvidas hasta del título. Nada más lejos de la realidad.
Un día cayó en mis manos por casualidad y me fascinó. Hay un antes y un después tras ver esta película. Además de ser una de las mejores de su género, es de ese tipo de obras de arte que hacen que te reconcilies con el cine.
Es maravillosa de principio a fin, es estremecedora. El amor traspasa la pantalla lentamente, en silencio, sin palabras,de manera sutil como una fina lluvia que te va mojando poco a poco y sin darte cuenta acabas calado hasta los huesos. Llegas al final metido en la piel de Francesca o de Robert llorando a mares y con un nudo en la garganta.
El final es de los mejores de la historia del cine. Clint llorando de amor bajo la lluvia, la escena del semáforo, el llanto de Francesca con el libro de fotos, cualquiera de esas tres escenas justifica por si solas toda la película. La banda sonora inolvidable.
A pesar de ser un drama y de que el nudo en la garganta siga después de los títulos de crédito, el mensaje es esperanzador,es un canto a la vida...al amor.
El único pero son los hijos, que no encajan en el lirismo de la película, pero son imprescindibles para contar la historia.
Recomendable a todos aquellos que quieran disfrutar de una gran historia y que no tengan miedo a que el cine les remueva sentimientos.
Las apariencias engañan... me había resistido a verla pensando que era un dramón empalagoso, de los que te arrancan la lágrima fácil utilizando sensiblería barata y transcurridos un par de días te olvidas hasta del título. Nada más lejos de la realidad.
Un día cayó en mis manos por casualidad y me fascinó. Hay un antes y un después tras ver esta película. Además de ser una de las mejores de su género, es de ese tipo de obras de arte que hacen que te reconcilies con el cine.
Es maravillosa de principio a fin, es estremecedora. El amor traspasa la pantalla lentamente, en silencio, sin palabras,de manera sutil como una fina lluvia que te va mojando poco a poco y sin darte cuenta acabas calado hasta los huesos. Llegas al final metido en la piel de Francesca o de Robert llorando a mares y con un nudo en la garganta.
El final es de los mejores de la historia del cine. Clint llorando de amor bajo la lluvia, la escena del semáforo, el llanto de Francesca con el libro de fotos, cualquiera de esas tres escenas justifica por si solas toda la película. La banda sonora inolvidable.
A pesar de ser un drama y de que el nudo en la garganta siga después de los títulos de crédito, el mensaje es esperanzador,es un canto a la vida...al amor.
El único pero son los hijos, que no encajan en el lirismo de la película, pero son imprescindibles para contar la historia.
Recomendable a todos aquellos que quieran disfrutar de una gran historia y que no tengan miedo a que el cine les remueva sentimientos.
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Hoy empieza todo
12 de mayo de 2008
En realidad, hay pocas cosas más milagrosas -y misteriosas- en esta vida que enamorarse: pero no encoñarse, ni encapricharse, sino enamorarse de verdad, hasta las trancas, hasta el punto de ser abducido y colonizado por un sentimiento que nos hace aún más imperfectos, si cabe, pero a veces mucho mejores de lo que soñaríamos ser jamás. Y ese amor que es como la devastación de un territorio más que dispuesto a ser devastado, no es el que el cine suele querer vendernos habitualmente. Más bien es como esta sencilla, casi austera historia que confirma a Clint Eastwood como uno de directores vivos más grandes del cine americano y le revela como un cineasta de poliédrica y minimalista sensibilidad, capaz de retratar con aliento más que poético la simple emoción de dos seres humanos entera y verdaderamente enamorados.
La historia arranca con un encuentro fortuito (y afortunado) entre dos seres lo más alejados de los clichés románticos que pueda imaginarse. Él es un lobo solitario, un fotógrafo del National Geographic ya entradito en años y ella una madura ama de casa pasando un fin de semana de soledad en su granja. De cómo estas criaturas tan dispares comienzan sintiendo una atracción espontánea y más tarde, comienzan a enamorarse de tal manera que duele el corazón de verlos, va la película.
No hay nada muy espectacular, ni grandes escenas amorosas, ni siquiera un ritmo que pueda llamarse ágil: la sensible dirección de Eastwood vuelve a dar sentido a aquella expresión de "menos es más". Algo tan sencillo como el rostro de ella (el descubriento de estar siendo deseada, admirada) cuando él la está fotografiando en los puentes, resulta mucho más elocuente que un pegajoso morreo en primera plana. O esa mano sobre el picaporte...qué decir de una escena que roza lo prodigioso en cuanto a contención estilística y desgarro emocional.
Todo en la película está cuidado hasta el extremo, dejando que el talento de los actores (el propio Eastwood y la increíble Streep) hable por sí mismo, sin más excusa argumental que el milagro de un amor correspondido en el crepúsculo de la vida, en el momento más inesperado, cuando ya se ha tirado la toalla para replegarse en la comodidad de una existencia sin sobresaltos pero sin sorpresas.
Y sólo por eso, vale la pena...verla y enamorarse.
La historia arranca con un encuentro fortuito (y afortunado) entre dos seres lo más alejados de los clichés románticos que pueda imaginarse. Él es un lobo solitario, un fotógrafo del National Geographic ya entradito en años y ella una madura ama de casa pasando un fin de semana de soledad en su granja. De cómo estas criaturas tan dispares comienzan sintiendo una atracción espontánea y más tarde, comienzan a enamorarse de tal manera que duele el corazón de verlos, va la película.
No hay nada muy espectacular, ni grandes escenas amorosas, ni siquiera un ritmo que pueda llamarse ágil: la sensible dirección de Eastwood vuelve a dar sentido a aquella expresión de "menos es más". Algo tan sencillo como el rostro de ella (el descubriento de estar siendo deseada, admirada) cuando él la está fotografiando en los puentes, resulta mucho más elocuente que un pegajoso morreo en primera plana. O esa mano sobre el picaporte...qué decir de una escena que roza lo prodigioso en cuanto a contención estilística y desgarro emocional.
Todo en la película está cuidado hasta el extremo, dejando que el talento de los actores (el propio Eastwood y la increíble Streep) hable por sí mismo, sin más excusa argumental que el milagro de un amor correspondido en el crepúsculo de la vida, en el momento más inesperado, cuando ya se ha tirado la toalla para replegarse en la comodidad de una existencia sin sobresaltos pero sin sorpresas.
Y sólo por eso, vale la pena...verla y enamorarse.
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