Hasta el límite (1991)

'Hasta el límite' es prometedora y tiene una primera media hora impecable, es cine de los noventa de corte dramático-criminal que sacude emociones. Ritmo sobrio aderezado con diálogos claros que conforman una narración muy explícita y agradable. No obstante a partir del avance de la infiltración la cosa se empieza a torcer, en buena medida porque deja muchas escenas inacabadas, en un momento determinado se corta y se prosigue con la narración en otro momento, cuando para el tema que trata sería muy interesante que prosiguiera con algunas de ellas pues son fundamentales para comprender el impacto de las drogas en un organismo no habituado a ellas. Eso era un ejemplo, pero es una característica que en mi opinión traba mucho al filme y le resta interés, pues en historias que se desarrollan en un largo plazo hay que ser un narrador soberbio, como Alan Parker por poner un ejemplo, para que estas resulten concisas y se sigan con interés. De todos modos este tipo de recurso en la narración encaja mucho más con un drama que es puro y duro. Cuando existe un elemento tan claro de thriller, y cuya premisa además se base en el apremio de conseguir las pruebas contra todos esos traficantes de drogas antes de que se vean desenmascarados, todo lo que sea a largo plazo queda difuminado porque un rasgo de la historia es un hecho que ha de ser incipiente y tiene una naturaleza bastante sencilla (aunque luego sea más difícil de conseguir). Es decir, que si se alarga ya no resulta tan interesante. Por eso la película decae, y también porque las relaciones entre sus protagonistas es demasiado desmejorada y poco desarrollada. La necesidad de destinar todo el empeño y recursos en monitorizar el proceso de la misión policíaca deja desatendidos y poco aliñados los aspectos personales entre los dos protagonistas, pasando de puntillas por ciertos detalles que facilitarían una mayor cohesión y dándolo todo muy por sentado.

No es para tomarse a broma una película que presumiblemente podría ser tan real que lo que nos cuentan bien podría estar pasando en cualquier esquina de nuestra ciudad. Ser poli y estar del lado de la ley tiene esas cosas, si te empujan los jefes para hacer el trabajo más sucio puedes no tener alternativa, pueden hacerte llegar hasta el límite de lo entendible y más allá. Ser poli no es como ser bombero. Una de las cosas que menos me gustan de esta película es que se hace reiterativa, algo que inevitablemente tiene que ver con su duración. Tal vez media hora le sobra. Una vez ya sabemos que la parejita de polis infiltrados lo están pasando mal, no hay aristas, no hay cambios de ritmo, ni ningún giro especialmente atractivo: todo cae y cae en una insana redundancia.

Podrían haber estudiado un poco más y ser bomberos, pero no, lo de llevar pipa hay a quien le motiva más. El problema de "Hasta el límite" no es el de la conexión con los dos polis, aunque una mente sólo mínimamente preclara sabrá que la lucha contra la droga es siempre infructuosa. Mola ver cuáles son los límites de los que habla el título de la película, mola haber acertado y sobre todo mola el final. Lo demás es bastante discutible, pero hay que reconocer que los dos infiltrados hacen muy buen papel. Convincentes como polis, como yonkis y como atormentados humanos que han sido usados por el sistema y sus mandatarios.