Esposas e hijas (Miniserie de TV) (1999)

Adaptación para la BBC de una novela de Elizabeth Gaskell, poco conocida en estos lares, es sin embargo, una gran escritora británica del siglo XIX muy apreciada en su país.
A la altura de las grandes coetáneas de su género, Jane Austen o las hermanas Bronté, Gaskell no ha tenido el mismo predicamento en Hollywood como las antes mencionadas por lo que a todos nos resulta más desconocida.
Pero a pesar de que no posee la ironía de Austen, ni el desatado romanticismo de las Bronté, esta autora sí que posee un olfato muy agudo para retratar usos y costumbres sociales, así como en describir con pelos y señales todo el entorno y convenciones sociales de los integrantes de ese periodo.
La BBC sí le está haciendo justicia. Primero adaptó la que sería su novela más famosa, " Norte y Sur" ( no confundir con la también famosa serie americana del mismo nombre, sobre la Guerra de la Secesión ), en cuatro capítulos. Una magnífica miniserie que recomiendo fervientemente a los admiradores de los dramas de época.
Luego, adaptó otra de sus novelas más costumbristas " Cranford", con una Judi Dench fantástica. Imperdible también.
En medio, está esta miniserie que se ha emitido poco en España, razón por la cual es tan desconocida. Fue la última novela que escribió y la dejó inacabada, lo cual no es obstáculo para que los guionistas hayan sabido darle un final muy acorde con lo que la trama y los personajes requerían.
El doctor Gibson es viudo desde hace muchos años. Vive con su hija Molly y están muy unidos. Pero Molly ya está en edad de presentarse en sociedad y el doctor empieza a plantearse la necesidad de darle una madre que la guíe en los peligros y refinamientos del mundo. Decide tomar esposa y elige a una dama, antigua institutriz, viuda con una hija de la edad de Molly. Las dos muchachas, a pesar de ser muy diferentes, pronto se harán buenas amigas, sobre todo frente a la nueva madre, que es una mujer calculadora y egoísta.
Buena y sólida historia que nos habla de los lazos fraternales, las diferencias generacionales o de clase, el sentido de la nobleza, los prejuicios sociales y como éstos pueden destrozar vidas o familias, las expectativas que se ponen en los hijos, las vanidades, el egoísmo y por supuesto, el amor.
Aviso a toda la legión de fans que sé que tienen los amantes de las series de época. Ésta, tampoco les va a defraudar.
Sólo por señalar un defecto, a mí me ha resultado un poco más fría de lo que debería. Pero no se puede tener todo.