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Desde el jardín (1979)

Desde el jardín
130 min.
7,2
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Chance es un hombre peculiar. Su vida se reduce a cuidar el jardín de la mansión de un hombre adinerado y a ver la televisión el resto del día. Pero, cuando el dueño de la casa muere y Chance es despedido, no está preparado para hacer frente al mundo exterior. Tiene, sin embargo, la suerte de conocer a Eve, una buena mujer que lo acoge en su casa. Lo paradójico es que, poco a poco, este hombre analfabeto pero extremadamente cortés conseguirá engañar a muchos haciéndoles creer que es un gran político. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Comedia dramática Discapacidad Política
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Being There
Duración
130 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1979: Oscar: Mejor actor secundario (Melvyn Douglas). 2 nominaciones
1979: 2 Globos de Oro: Actor (Sellers), actor sec. (Douglas). 6 nominaciones
1979: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor secundario (Douglas). 3 nominaciones
1979: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor actor secundario (Douglas)
1979: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guion adaptado comedia
9
DEL NECESARIO Y TAMBIÉN VITAL: ATONTADO TELEVIDENTE
Sorprendente el director Ashby, sobre todo por el acabado, por el final, que es siempre lo más difícil de hacer en un filme y que cuando esto se logra es la más clara señal de que un director es excelente y no uno más del montón. También resulta brillante Peter Sellers, en uno de sus papeles más maduros y tranquilos de su larga trayectoria cinematográfica.

La película cuenta una historia de lo imposible, de lo absurdo, que a veces transmigra extraña e incluso milagrosamente hasta considerarse lo más real: un hombre niño, probablemente con cierto grado de subnormalidad, que se ha pasado toda su vida protegido y tratado como lo que da síntomas de ser, sin salir a penas de su casa, viendo muchísima televisión y cuidando de su pequeño jardín, de repente se ve solo en la vida, sin su protector y obligado a abandonar el hogar. Ahí nos identificamos todos con el personaje, que representa al ser humano común destechado de repente; pues de la noche a la mañana a cualquiera se le desinflan las seguridades más sólidas que poseía y tiene que comenzar de cero frente a la tremenda incertidumbre, y entonces el gran valedor será lo que eres desde tu interior más auténtico y verdadero.

Ahí, con esa forma de ser, Mr. Chance será bienvenido en la cúpula de artificialismo social, donde caerá como un rayo de luz, donde entrará como una bocanada de aire fresco; porque representa al puro idiota o filósofo inofensivo, a la necesidad vital de idiotez, al subintelectualismo que escucha, no se impone y no es pretencioso.

Un filme maravillosamente crítico, todo él es una denuncia irónica de lo inauténtico generalizado sobre todo en las altas capas del poder; contra ese modo endiosado de vivir competentemente, el cual nos arruina en gran medida la felicidad; contra lo artificioso y sabio de este mundo que suele ser confundido por la simpleza de lo inocente y supuestamente no apto, imbécil o subnormal; contra lo correcto, triunfante, cadavérico, que a la hora de la verdad sólo puede ser salvado por lo simplemente natural, tontucio y sin doblez.

Mr. Chance es como la matita verde y pletórica de fuerza trascendentemente débil, de esas que nunca son tenidas en cuenta, pero que se abren paso a través de cualquier grieta del más brutal hormigón, asfaltado o granito.

Quien no haya visto aún esta película de Hal Ashby que intente visionarla, pues no se arrepentirá; será regado por más de una hora de positiva simpatía; será orientado pese a que uno pueda ser poco extraordinarios, a profundizar en lo necesitados que andamos de una cierta idiotez trascendental e impacta corazones aunque esta se consiga mediante medios tan desalmados como el televisivo. Recuerdo que cuando esta película fue estrenada en España, asistí a verla y me encantó, tanto que decidí ir a contemplarla de nuevo a los cuatro días, pero ya la habían retirado, no duró ni media semana su exhibición. ¡Al parecer resultaba tan poco racionalista que apenas tuvo espectadores, con lo cual había que barrerla cuanto antes de las salas de cine!

Fej Delvahe
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92 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El jardinero
Para algunos es el mejor film del realizador Hal Ashby (Utah, 1938). El guión, de Jerzy Kosinski, adapta la novela breve “Being There”/"Desde el jardín" (1971), del propio Kosinski, que constituye una nueva versión de “Cándido” (1759), de Voltaire. Se rueda en escenarios reales de Carolina del Norte, California, Maryland y Washington D.C. Nominada a 2 Oscar (actor y actor de reparto), gana uno (actor reparto, M. Douglas). Producido por Andrew Braunsberg (“Macbeth”, Polanski, 1971) para BSB, Lorimar y otras, se estrena el 19-XII-1979 (EEUU).

La acción dramática tiene lugar en Washington D.C. Chauncy “Chance” Gardner (Sellers) es un infeliz, afectado posiblemente por una ligera discapacidad mental, que no sabe leer ni escribir. Acogido en casa de un potentado, el senador Benjamin “Ben” Rend (Douglas), a lo largo de su vida no ha hecho más que cuidar del jardín de la casa adosada de Rend y ver televisión con el mando a distancia en la mano. Durante la enfermedad de Rend, conoce al presidente “Bobby” (Warden) de los EEUU. Viste con corrección y sobria elegancia. Es de media edad.

El film suma comedia y drama. Sobresale la interpretación de Sellers, secundado por una convincente Shirley MacLine en el papel de Eve Rend. Es la penúltima película de Sellers. Encarna a un personaje singular, simple, sin afectividad y sin emociones, solitario, de insólita pasividad, que no es consciente de sus limitaciones en conocimientos y capacidades. Habla de manera monótona y cauta, parecida a la Stan Laurel, en quien se inspira. La simplicidad de sus respuestas es confundida con profundidad, su serenidad es tomada como prueba de seguridad e inteligencia, su franqueza es entendida como manifestación de lucidez. La ausencia de datos sobre su biografía es tomada por los servicios presidenciales como una consecuencia de la destrucción de documentos y antecedentes por parte de la CIA y el FBI. A las preguntas de los reporteros de la TV ofrece respuestas, obvias, generalistas y casi siempre relacionadas con la jardinería, que se ajustan a los cortes de 10 segundos propios de los telediarios y a los hábitos de fijación de la atención de os televidentes.

La fama y el prestigio le permiten aspirar a puestos cada vez más relevantes dentro de la escala política. El nombre que se le atribuye deriva de la respuesta que ante los medios da a la pregunta sobre cuál es su nombre. Dice: “Chance, el jardinero” y todos entienden “Chance Gardner”. Los malentendidos verbales juegan un importante papel en el desarrollo del relato. Para algunos el encanto personal de Chance radica en su conformismo, su carácter retraído y dócil, su pasividad y debilidad. No molesta, no empuja, no da codazos, no inquieta. Se deja llevar por los acontecimientos y por los que mandan. Hace uso de toques surrealistas, que suelen ser vistos con ojos de humor e ironía.

(Sigue en el “spoiler” sin revelar partes del argumento)
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55 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
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