Trailer (VO con subtítulos en ESPAÑOL)
Ver 2 más- Sinopsis
- Mientras documenta las experiencias de las prostitutas de Calcuta, la periodista Zana Briski anima a los niños a grabar sus vidas con cámaras. (FILMAFFINITY)
- Género
- Documental Infancia Fotografía Pobreza Prostitución
- Dirección
- Reparto
-
Documental
- Año / País:
- 2004 / Estados Unidos
- Título original:
- Born Into Brothels: Calcutta's Red Light Kids
- Duración
- 85 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción Estados Unidos-India;
- Links
Premios
DAR UNA ESPERANZA
13 de abril de 2008
Inolvidable historia. Con este tipo de películas el cine cobra todo su sentido. Porque el cine es mucho más que entretenimiento. Buscar entretenimiento en el cine es insultarlo. El cine es reflexión, denuncia, contemplación, y eso si, se ha de ofrecer de forma entretenida.
Cercana a la obra maestra. Es estremecedora, emotiva, bella y una denuncia espectacular. IMPRESCINDIBLE.
Cercana a la obra maestra. Es estremecedora, emotiva, bella y una denuncia espectacular. IMPRESCINDIBLE.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
CONMOVEDORA.
8 de febrero de 2008
A día de hoy demostrar que querer es poder, en un mundo tan vergonzosamente injusto y mal repartido como el que nos ha tocado en desgracia, es más que importante; pues supone recuperar tanta esperanza en la fuerza de los valores humanitarios que ya sólo por eso merece la pena acercarse a este documental.
Supone también espabilar conciencias adormiladas, bien por ignorancia, bien por impotencia, o incluso por indiferencia; y despertar potenciales intenciones solidarias ahogadas en la confortable y blanda cotidianeidad occidental.
Por otra parte, además de lo motivante que resulta observar que iniciativas individuales con tan pocos medios son capaces de hacer tanto por personas desfavorecidas; un ejemplo de este calibre implica también escupir una vez más en la frente de los más que ineficacísimos políticos que alimentamos día a día en todos y cada uno de los paradisíacos países llamados del primer mundo a base de nuestro IVA, IRPF, EURIBOR, etc, etc, etc. Supone, en consecuencia, indignar a todo aquel que, molestándose en reflexionar medio minuto, se percate de que si no se solucionan lacras es porque realmente nunca ha existido intención de remediarlas.
Termina el film y nuestra retina, nuestra memoria y nuestro corazón conmovido (más ancho después de tal exhibición de solidaridad) conservan todavía la belleza de como un rayo de esperanza ilumina por primera vez las sonrisas de unos niños que habían crecido hasta entonces sin oportunidades y abocados a un destino atroz.
Y mientras te emocionas con los encomiables esfuerzos de Zana Briski, tu ética personal masculla "¡Ya está bien!", te sientes más pequeño al comparar sus satisfacciones individuales con las tuyas, y se tambalean a tu alrededor todos tus banales momentos de ocio superficial, así como tus vacíos y, la mayoría de la veces, egocéntricos esfuerzos cotidianos.
Gracias "Tita Zana", por ellos y por nosotros.
Supone también espabilar conciencias adormiladas, bien por ignorancia, bien por impotencia, o incluso por indiferencia; y despertar potenciales intenciones solidarias ahogadas en la confortable y blanda cotidianeidad occidental.
Por otra parte, además de lo motivante que resulta observar que iniciativas individuales con tan pocos medios son capaces de hacer tanto por personas desfavorecidas; un ejemplo de este calibre implica también escupir una vez más en la frente de los más que ineficacísimos políticos que alimentamos día a día en todos y cada uno de los paradisíacos países llamados del primer mundo a base de nuestro IVA, IRPF, EURIBOR, etc, etc, etc. Supone, en consecuencia, indignar a todo aquel que, molestándose en reflexionar medio minuto, se percate de que si no se solucionan lacras es porque realmente nunca ha existido intención de remediarlas.
Termina el film y nuestra retina, nuestra memoria y nuestro corazón conmovido (más ancho después de tal exhibición de solidaridad) conservan todavía la belleza de como un rayo de esperanza ilumina por primera vez las sonrisas de unos niños que habían crecido hasta entonces sin oportunidades y abocados a un destino atroz.
Y mientras te emocionas con los encomiables esfuerzos de Zana Briski, tu ética personal masculla "¡Ya está bien!", te sientes más pequeño al comparar sus satisfacciones individuales con las tuyas, y se tambalean a tu alrededor todos tus banales momentos de ocio superficial, así como tus vacíos y, la mayoría de la veces, egocéntricos esfuerzos cotidianos.
Gracias "Tita Zana", por ellos y por nosotros.
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12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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