Miénteme (Serie de TV) (2009)

Como otros muchos, yo cogí esta serie con prejuicios. “Otra más”, me dije, “otra de expertos en algo que resuelven todos los misterios mientras los policías se limitan a seguirles con cara de asombro”. Y bien, así es. Pero me gusta. Tiene dos cosas distintas:

Primero: Tim Roth. Una de las críticas de FA se queja de la falta de moralidad de la serie, que parece premiar o defender la falta de escrúpulos de su protagonista para conseguir sus objetivos. Toda la razón, compañero. Pero si hay alguien que ha nacido para encarnar el papel de Inquietante Hijo de Puta, ese es Tim Roth. Se sienta frente a ti. Aproxima su rostro al tuyo. Te hace una pregunta. Te meas encima.

Segundo: esas imágenes de políticos y famosos que, como un flash, se cruzan en la historia para ilustrar las explicaciones. Bill Clinton meando el indicie mientras niega “haber mantenido relaciones con esa mujer”. La sonrisa aterrorizada del Príncipe Carlos de Inglaterra. La expresión violenta y decidida en el rostro de Charles Manson.

Son esos dos puntos los que dan sabor a la serie. El resto es correcto, pero típico. La pregunta es: ¿cuanto tiempo lograrán esos dos elementos retener nuestro interés? Por ahora, es suficiente. Pero van tener que darnos algo más, o no sobrevivirán a la segunda temporada.

No sé hasta qué punto todos los métodos que se describen en la serie son realistas, factibles o pueden tener validez legal ante casos del nivel de gravedad que se tratan. Pero están tan bien narrados y resultan tan convincentes y explícitos que el espectador se los cree en todo momento.

El guión tiene los ingredientes necesarios: intriga, buenas tramas, giros y hasta "cliffhangers". Las actuaciones no se quedan a menos, a Ekman (el personaje que interpreta Tim Roth) se le coge cariño ya en el primer o segundo episodios, con su peculiar caracter entre House y Colombo. A sus compañeros de equipo, lo mismo (el personaje incapaz de mentir es todo un acierto de carisma).

Por último, tanto la música como la realización de la serie es de calidad: escenarios bien preparados y creíbles (el edificio donde Ekman y su equipo tienen su "base", por ejemplo) así como una banda sonora que también recuerda mucho a House: temas básicos de intriga y canciones cantadas para dar el toque de dramatismo al final.

En definitiva, espero que las tramas se compliquen y que empecemos a entrever cómo es la vida personal del doctor Paul Ekman en los próximos capítulos, su misterioso pasado y qué problemas comporta el hecho de estar siempre predestinado a interpretar los gestos y emociones de todo el mundo, incluso de su propia familia.

Muy buena serie, con futuro prometedor.