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Our Time Is Up (C) (2004)

Cortometraje completo (INGLÉS)
Sinopsis
Cuando el terapeuta Dr. Leonard Stern (Kevin Pollak) descubre que sólo le quedan seis semanas de vida, adopta un método nuevo de tratamiento para el tiempo que le queda: la honestidad brutal. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Cortometraje Medicina
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Our Time Is Up
Duración
12 min.
Guion
Links
Premios
2005: Oscars: Nominado a mejor cortometraje
8
Delicia
La imagen del psiquiatra o terapeuta, de sesudos razonamientos, con acento y apellido centroeuropeos (y/o hebreos) y frecuentemente barbado, poderoso heredero de Sigmund Freud y del psicoanálisis y tan comúnmente estereotipada en el cine de nuestro tiempo (véase, por ejemplo, en Mary and Max (2009, Adam Elliot), contrasta con el personaje en el que se enrola aquí el actor Kevin Pollak. Desde el comienzo, existe un interés deliberado en mostrar a este profesional como una persona previsora, extremadamente comedida, sin la más mínima intención de dejar nada en su vida al azar y calculador como pocos. Si somos amantes del riesgo, incluso podemos decir de esta inteligente sátira que nos regala el joven director Rob Pearlstein, que a pesar de que este ejercicio delirante cuenta con tan sólo doce minutos de duración, posee facultades para aspirar a convertirse en uno de los referentes de la nueva comedia indie americana. En este juego en el que nos vemos sometidos, se conjugan los hábiles y sorprendentes encadenados con los variopintos personajes, con una cámara fija en el plano-contraplano que transmite perfectamente las fobias y taras emocionales de cada uno de ellos. La rígida deontología profesional y sus barreras invisibles impedirán que el protagonista empatice y se implique con sus pacientes hasta que un acontecimiento inesperado le inste a utilizar una de las armas más poderosas que tenemos los seres humanos y que en la mayoría de las ocasiones somos reacios a exteriorizar, debido a esa dictadura de lo “políticamente correcto”, algo que por otra parte, ese interesante director norteamericano poco estudiado, Bobcat Goldthwait, trata de dinamitar en su filmografía. Por tanto, se trata de un simpático ejercicio que sin grandes pretensiones y sin apenas aspavientos, nos sirve como demostración de ese “más por menos”, del cómo en escasos diez minutos de metraje se puede criticar con dureza las fragilidades y las ansiedades tan triviales de nuestro tiempo. Y Pearlstein no deja títere con cabeza. Nos está recordando que lanzar las verdades a la cara, con toda la crueldad que pudiera conllevar, debería ser una norma y no una excepción. Toda una medicina alternativa.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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