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Aparajito (El invencible) (1956)

Aparajito (El invencible)
105 min.
8,1
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Sinopsis
Relata la juventud de Apu en Benarés, su deseo de independizarse y estudiar en Calcuta para poder llevar una vida diferente a la que han conocido sus padres. Segundo film de la "Trilogía de Apu". (FILMAFFINITY)
Género
Drama Años 20 Familia Infancia Adolescencia Pobreza Secuela Drama psicológico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ India India
Título original:
Aparajito
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Trilogía de Apu (Satyajit Ray) Adaptaciones de Bibhutibhushan Bandyopadhyay
Links
Premios
1959: National Board of Review: Top mejores películas extranjeras
1958: Premios BAFTA: Nominada a mejor película y actriz extranjera (Bannerjee)
1957: Venecia: León de Oro
9
EL CUERPO CENTRAL DE LA MEJOR TRILOGÍA CINEMATOGRÁFICA DE LA HISTORIA
La magnífica trilogía fílmica de Satyajit Ray, continúa con esta 2ª parte o filme llamado "Aparajito (El invencible)", o sea sobre la infancia y adolescencia de Apu, el protagonista principal de la misma; casi seguro la mejor o una de las tres mejores trilogías cinematográficas de toda la historia del cine. Su fuerza narrativa, la palpitante historia que se cuenta, comprensible y universal, el proceso existencial del ser humano rodeado siempre por la muerte de lo que ama o de lo bello o de lo que más le apega al mundo, los sentimientos tan bien descritos y excelentemente filmados, hacen de esta obra un auténtico tesoro.

Verdaderamente el mérito y genialidad de esta trilogía de Satyajit Ray, es haber logrado componer un maravilloso ensayo existencialista, histórico y sociológico de lo que es la existencia o la vida humana por regla general; es decir, de cómo son realmente las cosas en vez de cómo quisiéramos que fueran.

En esta 2ª parte o "Aparajito", el director Ray nos sigue contando la historia del matrimonio hindú compuesto por un pobre brahmán o sacerdote del hinduismo (el mismo actor que hacía de padre de Apu en la 1ª parte, es decir Kanu Banerji) y su esposa (la misma actriz excepcional y magnífica, Karuna Bennerjee, que hacía en la anterior película también de madre de Apu y que en esta cinta encarna sin lugar a dudas el papel principal, la base, el fuste y el capitel sobre el que se asienta la humanidad y la sociedad, el hogar, la economía, el progreso, la educación y el desarrollo de los hijos: es decir la bendita y sacrificada madre de familia) una mujer atenta al cuidado constante de su esposo y de su hijo; de como los tres emigran desde la aldea campestre a Benarés, la gran ciudad de rituales a orillas del río Ganges.

La historia de esta familia, los personajes tratando de sobrevivir y prosperar, nos llegan directamente al corazón, se comprenden en cualquier parte del mundo. Todo narrado y filmado de manera sencillamente magistral. Una delicia cinematográfica que invita a reflexionar sobre la vida humana, sobre el esfuerzo de nuestros padres para que salgamos adelante y seamos más que ellos, sobre lo ingratos que somos los hijos con los padres (algo que no reconocemos hasta que se nos van de este mundo y ya no podemos mirarlos más a los ojos).

Fej Delvahe
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62 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
LLAMA EL CONOCIMIENTO
Satyajit Ray creció con ambas culturas, bengalí y occidental, en el horizonte. Su padre era pintor y músico, y su madre una mujer cultivada. En los 40, Calcuta estaba llena de militares estadounidenses y se proyectaba todo Hollywood. Ray lo admiraba: cómico mudo, western, negro… Y el soviético y Flaherty, aunque la mayor influencia fue Tagore, en cuya escuela se formó. Cuando fundó el primer cineclub de la India, en 1947, trabajaba como dibujante publicitario. En 1950 ayudó a Renoir durante el rodaje de “El Río”. A la vuelta de una estancia profesional en Londres, empapado de neorrealismo y demás corrientes, tenía cuajado el proyecto de Apu a partir de una novela que había resumido e ilustrado.
La filmación de la primera parte duró casi tres años por problemas financieros, con parones de meses. Un préstamo sobre un seguro de vida y una subvención oficial sirvieron para terminar, sin ganar una rupia. El respaldo de Cannes permitió afrontar esta segunda parte con recursos nuevos, como la luz rebotada en pantallas.

Apu emigra con sus padres a Benarés, huyendo de la miseria de la aldea. El tren es la red arterial del país, un símbolo del cambio. Al anochecer se oye el silbido, y la silueta del convoy se recorta contra el horizonte, escribiendo en el poniente con el hilo de humo.
Aunque en toda la película sólo se ve un automóvil, en la ciudad milenaria la vida hierve. Son constantes los festivales religiosos. A orilla del Ganges sagrado, al pie de las escalinatas, la actividad no cesa: baños y abluciones, meditación y rezos; ascetas y gimnastas, fakires y santones, saltimbanquis, sanadores y animales en callejas estrechas, dédalo medieval en cuya vida colectiva lo material es secundario.
El padre consigue pacientes a quienes vender remedios herbales, y alumnos a quienes recitar sutras.
Apu se adapta. Corretea, curiosea, abierto y receptivo, inmerso en el mundo nuevo. La vida espiritual palpita junto al Ganges, pero las humildes barriadas son demasiado insalubres.
Cuando vuelven a la vida rural, Apu brilla en la escuela y a los 16 consigue una beca para estudiar en Calcuta, en inglés. Su talismán es un pequeño globo terráqueo. Le fascinan las curiosidades científicas: la vida en el Polo Norte, la exploración del África Negra, el eclipse lunar...
La devoción por el conocimiento le alejará de su madre, personaje central interpretado portentosamente por Karuna Bannerjee.

Como resultado de la esmerada elección de cada plano, la vida es filmada con sencillez y seriedad totales, rebosante de una profunda belleza, que no es occidental ni tampoco solamente oriental sino universal, como el maravilloso Ravi Shankar.
En esta segunda entrega del ciclo pasa de nuevo la vida. Ray la capta y recrea a fondo, cuando en otras zonas culturales del planeta queda fuera del alcance, no cabe en las formas vacías o gastadas.

La captación de la vida y la muerte en una película es siempre un fenómeno milagroso. Se da en una de cada mil, o diez mil, o más…
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42 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
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