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El honor perdido de Katharina Blum (1975)

El honor perdido de Katharina Blum
101 min.
6,6
487
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Sinopsis
Después de pasar la noche con un presunto terrorista, la tranquila y ordenada vida de Katharina Blum queda completamente destruida. Como sospechosa, se convierte en víctima de una cruel campaña difamatoria de la policía y de un despiadado periodista sensacionalista, situación que pone a prueba los límites de su dignidad y de su cordura. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Periodismo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania del Oeste (RFA) Alemania del Oeste (RFA)
Título original:
Die Verlorene Ehre der Katharina Blum oder: Wie Gewalt entstehen und wohin sie führen kann
Duración
101 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1975: 2 Premios del cine Alemán: Mejor actriz (Winkler)
8
Buenos días y mala suerte
Rodada en un momento de especial efervescencia creativa en su país (el llamado "nuevo cine alemán", con Schlöndorff, Fassbinder, Herzog, Kluge, Wenders…), esta película adapta —a mi modo de ver, de una manera ejemplar— la novela homónima del premio Nobel Heinrich Böll, contundente alegato contra la prensa sensacionalista.

Katharina es una joven que se acuesta con hombre, sin saber que es un fugitivo de la justicia, y por ello es acusada por la policía de complicidad. Un periodista encuentra en este caso la oportunidad de su vida, no para esclarecer la verdad, sino para conseguir un gran éxito editorial a base de mancillar el nombre de la chica, hurgando ferozmente en su pasado y tergiversando los hechos y las declaraciones de ella y de sus allegados. El diario para el que trabaja es citado, tanto en la novela como en la película, como el Periódico, aunque en ambos casos un rótulo informa al lector/espectador: "Si ciertos procedimientos periodísticos recuerdan los del Bild-Zeitung, el paralelismo no es intencionado ni casual, sino inevitable".

Böll escribe la novela con un estilo conciso, en capítulos cortos, casi a modo de informe. De manera análoga, Schlöndorff y su mujer, von Trotta, plantean una puesta en escena seca, distanciada y austera. Considero muy acertada esta frialdad expositiva, ya que, al no forzar los sentimientos y convertirnos en mudos, incómodos e impotentes testigos de un implacable proceso de usurpación del honor que avanza como un mecanismo de relojería, finalmente se remueven nuestras entrañas de un modo mucho más poderoso. En este mismo sentido, la actriz Angela Winkler tampoco busca una fácil identificación del espectador para con su calvario, sino que se decanta por una introspectiva interpretación de rictus difícil que revela muy bien ese sentimiento de que "la procesión va por dentro".

Así pues, pienso que estamos ante una ración de muy buen cine, y además un cine de la denuncia siempre necesaria. Naturalmente, no se trata de caer en juicios reduccionistas en contra de la prensa (una película coetánea y basada en hechos reales como "Todos los hombres del presidente" nos habla también de sus posibilidades en un sentido positivo). Pero resulta verdaderamente triste constatar como una ficción urdida por un escritor (por tanto, donde siempre cabe la nota exagerada) resulta un juego de niños si se compara con las prácticas que en este país, en la hora en que escribo estas líneas, realizan algunas cadenas de televisión.
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28 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LOS DIAS KAFKIANOS DE KATHARINA B.
Debo advertir en primer lugar que no he tenido la oportunidad de leer la novela original que adapta esta película, por lo que no puedo juzgar si en ese aspecto (el de la adaptación), el filme responde fielmente al argumento o al espíritu que animaban a aquélla.

No obstante, considero que la terrible experiencia sufrida por la protagonista posee el mismo aire angustioso e implacable que caracteriza a lo vivido por los personajes kafkianos, muy singularmente el Josef K. de "El proceso". En efecto, mientras asistimos a la detención de Katharina, podríamos muy bien parafrasear el genial comienzo de la citada obra: "Alguien debió de haber calumniado a Katharina B., puesto que, sin haber hecho nada malo, fueron a arrestarla una mañana". Y desde ese momento, una joven inocente, que no ha hecho más que trabar una relación íntima con alguien que le era desconocido, es sometida a un "proceso" público de destrucción personal. Encontramos de nuevo aquí la figura del individuo enfrentado a una lógica que le supera, pues ni la comprende ni puede detenerla, y que de hecho acaba por asumir su condición dentro de esa misma lógica, inexplicable e inexorable a partes iguales.

En mi opìnión, la crítica que deposita Schlöndorff en el filme es devastadora; esa lógica destructora que mencionaba es encarnada por las fuerzas del orden (la policía, los fiscales) y por la prensa, que actúan en perfecta connivencia, si bien persiguiendo cada cual sus particulares intereses (identificar y detener a los enemigos del estado, o vender un producto sensacional a la opinión pública). Su acción conjunta, volcada sobre un individuo, en este caso Katharina, conforma una "verdad" pública, un relato que el resto de la sociedad va a asumir y a consumir con perfecta naturalidad; y es en ese punto, en el que ese relato se impone, cuando se alcanzan extremos antidemocráticos, y se avanza hacia la tiranía.

Por lo demás, el filme cuenta con un buen guión, correctas interpretaciones, y una más que notable eficacia narrativa, caracterizada por una sobriedad en absoluto carente de angustia. Además tiene algunas secuencias muy bien concebidas visualmente, como la inicial, en la que rápidamente, y sin necesidad de explicaciones, entendemos que algo anormal está pasando.
Continúa en spoiler.
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17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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