Jericó (1990)

Si esta película fuera norteamericana ya sería un clásico. Me quedé impactado al verla porque es poesía en imágenes, siempre que sale el tema del cine en una conversación la recomiendo. Creo que más que una película de aventuras coloniales en el fondo es una gran historia de amor.

Esta película está referida a una historia de un fraile que fue prácticamente obligado a ir como misionero, a llevar la palabra de Dios, colonizar, a predicar a aquellas personas que desconocen de su Dios (indios); a inculcar esa religión católica que hoy día persiste y que llevan muchos por dentro, no solamente por obediciencia si no por esa sed de ganar almas al igual que los tripulantes sedientos de oro, este sacerdocio de Dios emprende este viaje juntamente en uno de esos barcos.
Nos muestra además otra visión, la otra cara de la historia: lo que para ese entonces fue una conquista, pero esta conquista a la fuerza, la impuesta por los extranjeros (españoles, alemanes, franceses, portugueses e italianos).
Este hombre de Dios se encuentra con muchas decepciones tanto personales (esperaba todo menos lo que se encontró allí en esas tierras), como espirituales (hace muchas reflexiones, expresa su enojo, frustración e interrogantes con su Dios). Llevo muchas cargas consigo en ese viaje, el principal fue el de cómo persona en el ministerio de Dios fue el de tener que soportar todas esas escenas de violencia, muerte y pecado, para luego el mismo tener que perdonar y/o absorber los pecados de estos asesinos, violadores, etc.
En medio de la locura, describen a Jericó como una tierra o un mundo al revés: donde las personas están desnudas pero los animales están vestidos con su diversidad y colores.
Por lo que respecta a mi parecer es de buen gusto, exóticos escenarios y demas