Negocios sucios (2001)

Película donde salen dos actores conocidos (el conocidísimo Samuel Leroy Jackson y Robert 'Full Monty' Carlyle) pero que, fuera de esto, no tiene nada de especial. Con un guión poco interesante (aunque tampoco aburre), esta película se deja ver, pero poco más. Recomendable sólo cuando no tengas nada mejor que ver, o te conformes con ver cualquier peli de acción y comedia.

Si Guy Ritchie, tras pasar un año comiendo lechugas, tofu y acelgas (dieta siberiana la llaman, por el frío intenso que pasas) y después de pegarse un atracón de pelis de culto tipo "Porky`s" y programas intelectuales del calibre de "Barrio Sésamo", para acabar matándose a calimochos y orujos, hubiese leído este guion, posiblemente... se hubiese cagado, metafóricamente (por supuesto), en él.; pero Ronny Yu... no, prefirió dirigirlo (no es tan raro si revisamos su carrera, obras clave como "Freddy contra Jason" le contemplan).
El plagio de la copia de la imitación de la mímesis del parecido de... un cine que en su origen era una especie de homenaje al género pulp, su frivolización estilosa y gamberra. Eso si lo miramos con buen ojo, si no, es solo chapuza y mediocridad, un ejercicio asno, un culto y un canto a la idiotez esencial.
Como si cortáran la cocaína con tiza, polvos de talco, bicarbonato, nocilla (blanca, evidentemente), semen de gorila pekinés y pintura industrial, y se la dieran a un prisionero turco nada más acabar la batalla de Lepanto. Ese preso hubiese hecho algo mejor, sin duda.
Como si Marianico el corto le hubiese robado los chistes, que precisamente Arévalo descartó del guion del "Policía" de Emilio Aragón y Ana Obregón, a Chiquito de la Calzada en pleno cante jondo. Con música de Bertín Osborne de fondo mezclada con el "Japón" de "No me pises que llevo chanclas".
Como levantarte de la silla en un mitin de un político español en plena campaña electoral y proclamar a los cuatro vientos que tú, como el gran Rabal, ya sabías que Viridiana iba a acabar jugando al tute con su primo, nuestro primo, y ganando la Palma de Oro en Cannes de paso.
Como Sabina..., "Así estoy yo sin ti".
Érase una vez unos esquinjes, el Carlyle cachondo, el Jackson faldero, la Mortimer fatal, un Lagarto gigante, el Liverpool y mucha droga mala, con la que "vais a besar el sol". Érase que se era...