Yo escapé de la Isla del diablo (1973)

"Yo escapé de la Isla del Diablo" no es sino una especie de cara B de "Papillon", el clásico del género carcelario protagonizado por Steve McQueen y Dustin Hoffman, precisamente del mismo año 1973. Ambas películas tienen una estructura argumental casi idéntica, que relata las penurias de unos prisioneros, en su mayoría franceses, que cumplen penas de prisión en terribles cárceles ubicadas en las colonias francesas de América Central, en plena jungla y bajo unas condiciones infrahumanas.

Las similitudes se quedan ahí, porque obviamente el resultado final de una y otra es favorable al extraordinario film de Franklin Schaffner, que a día de hoy aún se puede disfrutar (o más bien sufrir, ante la cantidad de penalidades por las que pasan sus protagonistas) igual que el día de su estreno.

"Yo escapé..." en cambio cuenta con todos los tics marca de la casa Corman Company: actores pésimos en papeles ridículos, guión patético (inspirado descaradamente en "Papillon"), escenas muy poco trabajadas y de una cutrez que tiran para atrás... Todo esto como soporte a la sordidez mugrienta salpicada por erotismo de baratillo, con una teta por aquí y un culo por allá, con la que Roger Corman nos solía deleitar.

Pese a algún momento interesante, es tan superficial en su planteamiento y reiterativa en sus escenas de acción, que resulta tremendamente aburrida. Con una duración más breve aún podría haberla aprobado como divertimento con el cerebro en standby.

Cutre, sencilla, básica, sucia, violenta, incómoda, chapucera, irregular, pesada, floja, lamentable y floja producción de aventuras centrada en el intento de fuga de la prisión francesa más dura del mundo, ubicada en la isla del diablo.
Los responsables de la película se atreven con todo y juegan con numerosos elementos de la naturaleza para ofrecer buenas y apasionantes secuencias de acción y aventuras.
Es posible que el desarrollo de la trama, resulte irregular en cuestiones de ritmo y reiteración de situaciones, pero es innegable que es un ejemplo de entretenimiento pasajero y chapucero.
La película no dura mucho y ofrece buenos momentos de acción y violencia extrema que no llegan a resultar muy realistas, pero que funcionan muy bien.
Debo decir que hubo momentos en los que me resultó aburrida y pesada, haciendo que el interés por la resolución de la misma, fuera decayendo progresivamente.
Yo escapé de la isla del diablo, queda como una floja producción de cine de aventuras que no llega a resultar memorable y que no ofrece todo lo que se espera de ella.